Según un sondeo realizado por la Asociación Nacional de Directores (NAHT, por sus siglas en inglés), el 66 por ciento de los 11 mil directivos entrevistados dijo que tendrá que despedir, por ejemplo, a los maestros asistentes o reducir sus horarios de trabajo.
La mitad de los encuestados admitió, por su parte, que estaría considerando reducir la plantilla de profesores, o en su defecto, darles menos horas de clases, y un 47 por ciento prescindiría de los servicios de terapia, consejería y salud mental que se ofrecen en los planteles educacionales.
Las escuelas están siendo golpeadas por una tormenta perfecta de costos, y al tratar de equilibrar los presupuestos, los directores se encuentran con facturas de electricidad y gas descomunales y recursos y suministros cada vez más caros, apuntó el secretario general de la NAHT, Paul Whiteman.
De acuerdo con el líder gremial, como resultado de las medidas de austeridad impuestas por los gobiernos conservadores durante la última década, miles de escuelas podrían caer en un déficit, a menos que hagan recortes de personal.
La educación está realmente en peligro, sentenció Whiteman, quien aseguró que la rabia y la desesperación que sienten los miembros de la NAHT, que dirigen sobre todo escuelas primarias, no tiene precedente en el país.
El secretario general adjunto del Sindicato Nacional de Educación, Kevin Courtney, apuntó, por su parte, que las escuelas han estado “de rodillas” durante demasiado tiempo, y no pueden soportar otra era de austeridad.
El Gobierno debe cambiar su enfoque sobre el financiamiento de la educación e invertir en nuestro futuro, agregó.
Un vocero del Ministerio británico de Educación achacó las dificultades que enfrentan los directores de escuela al aumento de la inflación, pero aseguró que los planteles están recibiendo fondos por valor de 53 mil 800 millones de libras en fondos (casi 62 mil millones de dólares), y se beneficiarán del plan de ayuda para pagar la tarifa eléctrica.
Al sustituir a la dimitente Liz Truss a finales de octubre, el nuevo primer ministro conservador británico, Rishi Sunak, advirtió que tomaría decisiones difíciles para tratar de hacer frente a la crisis del costo de la vida y reducir la inflación.
La mayoría de los economistas pronostica que el proyecto de presupuesto que presentará Sunak al Parlamento la semana próxima incluirá una subida de impuestos y grandes recortes en el gasto público, lo que redundaría en menos fondos para el sector educacional.
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