Los adeptos del exmilitar derrotado en urnas el 30 de octubre por el gobernante electo Luiz Inácio Lula da Silva demandan además intervención militar.
«No resulta normal que las personas estén frente a los cuarteles elevando el tono. Instituciones tienen que mirar de manera firme y no dejar que el movimiento se extienda», afirmó Hoffmann a la prensa tras platicar con el timonel del Movimiento Democrático Brasileño, Ballena Rossi.
Adelantó además que hará esta semana una reunión con los partidos aliados para discutir la situación política del país y que las organizaciones puedan ser oídas por las Fuerzas Armadas y el Poder Judicial.
«Los partidos pueden dar una respuesta dura, posicionarse como institución», recalcó la líder petista, quien evaluó que el Tribunal Superior Electoral (TSE) fue firme en el proceso de votación.
Y ahora, refirió, espera que el Poder Judicial sea «muy firme» con las manifestaciones calificadas por el presidente del TSE, Alexander de Moraes, de antidemocráticas.
«El perdedor tiene derecho a patalear, pero no a llamar a un golpe o desestabilizar el país», agregó la asambleísta, quien precisó que aún no hay cita con las Fuerzas Armadas para discutir el tema.
Hoffmann forma parte del equipo de transición de gobierno que encabeza el vicepresidente electo Gerardo Alckmin.
La pasada semana comenzaron los trabajos para el cambio de administración luego de 72 horas de protestas de simpatizantes de Bolsonaro, en particular de camioneros que bloquearon carreteras federales, y otros seguidores que realizaron actos frente a los cuarteles, en protesta por la victoria electoral de Lula.
El jefe de Estado electo llega este martes a Brasilia para una serie de reuniones programadas, incluyendo con los titulares de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, y el Senado, Rodrigo Pacheco.
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