Durante un debate de alto nivel del Consejo de Seguridad sobre el tema La lucha contra el terrorismo en África: un imperativo para la paz, la seguridad y el desarrollo, el organismo instó a tomar medidas para actuar frente a la pobreza y la recuperación desigual de la pandemia de Covid-19.
Según Amina Mohammed, vicesecretaria general de la ONU, los extremistas violentos aprovecharon la inestabilidad y los enfrentamientos para aumentar sus actividades e intensificar los ataques en el área.
Las personas más afectadas por la inseguridad y la desigualdad son las mujeres y las niñas, dijo, y enfatizó en cómo el terrorismo representa una gran amenaza para la paz y la seguridad internacionales.
La especialista nigeriana precisó que las alteraciones climáticas provocan tensiones intercomunitarias e inseguridad alimentaria que son aprovechadas por los grupos criminales, mientras las plataformas digitales “facilitan más que nunca la difusión del odio y la desinformación”.
En ese contexto, Mohammed propuso al Consejo impulsar medidas de prevención, recurrir a enfoques contra la problemática que abarquen a toda la sociedad y contar con mayores recursos financieros en la lucha contra el extremismo violento.
La propagación del terrorismo en África no es una preocupación exclusiva de los Estados miembros del continente, enfatizó.
La vicesecretaria general recordó además que la violencia alimentada por el terror mató y causó heridas a miles de personas, mientras muchas más siguen sufriendo el impacto más amplio del flagelo en sus vidas y medios de subsistencia.
De acuerdo con el Índice sobre Terrorismo Global publicado en este año, el 48 por ciento de las muertes atribuidas a dichas agresiones en el mundo en 2021 ocurrieron en los países que conforman la llamada franja del Sahel: Mauritania, Senegal, Malí, Burkina Faso, Níger, Nigeria, Camerún, Chad, Sudán y Eritrea.
El Instituto para la Economía y la Paz con sede en Australia detalló que la pobreza, la falta de agua y alimentos, el impacto del cambio climático, el incremento de la población y la existencia de gobiernos débiles propician la proliferación de los grupos terroristas en esa región.
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