Dicha exhibición es organizada por el Museo Sitio de Memoria ESMA, un centro clandestino de detención, tortura y exterminio durante la última dictadura en esta nación (1976-1983), y el Robben Island, del Estado africano.
La misma está centrada en las consecuencias del terrorismo de Estado en Argentina y el régimen del Apartheid en Sudáfrica, así como en los procesos de transición hacia la democracia en ambos casos.
En su inauguración en esta capital estuvieron presentes la directora general adjunta del Departamento de Deportes, Arte y Cultura del país africano, Mandisa Tshikwatamba, y el presidente del Robben Island, Saths Cooper.
Esta muestra permite analizar los vínculos entre las grandes tragedias que sufrimos, las cuales tienen un paralelismo simbólico. En Sudáfrica, nuestra nación y Latinoamérica fueron perseguidos, detenidos y asesinados quienes soñaron con países mejores, señaló Pietragalla.
Nuestros padres y todos los desaparecidos se involucraron políticamente para cambiar la realidad. Por ellos, debemos seguir promoviendo la preservación de la memoria, la verdad y la justicia. Iniciativas como esta contrarrestan a sectores que cultivan el odio y la separación de los pueblos, añadió.
Asimismo, aseguró que Nelson Mandela (1918-2013), las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo son ejemplos de una resistencia que no está basada en la venganza, sino en el amor.
Por su parte, Cooper indicó que “es fundamental mantener la memoria viva para no volver nunca al pasado”.
Estamos comprometidos a continuar colaborando para que las nuevas generaciones no pasen por las pesadillas que sufrimos nosotros, afirmó.
A su vez, Ana María Soffiantini, sobreviviente de la dictadura en Argentina, afirmó que en la ESMA (antigua Escuela de Mecánica de la Armada) ocurrió un genocidio y aseguró que los sueños de los 30 mil desaparecidos en este país siguen vivos.
Es necesario el empoderamiento de los pueblos para sostener la liberación sobre la opresión. ¡Nunca más el silencio! Tenemos que avanzar siempre abrazados en esta lucha contra el olvido, aseveró.
La exposición recoge testimonios y fotos de los delitos perpetrados en ambos países y tiene como propósito condenarlos, además de explicar las prácticas de resistencia y las acciones de denuncia llevadas a cabo por familiares, víctimas y organizaciones sociales.
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