El monumento mayor a esa resiliencia se erige a lo largo de sus calles; pero, cada mes de enero, para deleite de los visitantes resurge con el diseño de las más de 40 mil especies y variedades de flores que dibujan en el terreno pasajes cotidianos.
En 2023, la versión 50 será algo diferente, conoció Orbe de Tomás Ruiz, presidente del patronato de la feria, quien recordó además que no se deja de trabajar todo el año, puesto que los jardines requieren de un largo proceso entre la siembra, cuidado y producción de las flores.
Esperan sobrepasar los 125 mil visitantes que tuvieron antes de la pandemia.
Nadie aquí olvida el 9 de abril de 1970, un día antes de inaugurarse la quinta feria, cuando el río Caldera se desbordó y las inundaciones ocasionaron lamentables daños. Uno de cada tres boqueteños perdió su vivienda. Pero un año después establecieron, de manera permanente, la exposición con lo mejor de su producción, sus flores y su café.
El clima de montaña favorece al cultivo en el también llamado Valle de las Flores. Muestra así una combinación perfecta de lirios, hibiscos, hortenses, anturios, rosas, San José, claveles, girasoles y exóticas orquídeas, que crean una escena policromada de belleza incomparable, la cual se puede apreciar degustando la calidad del café que se cultiva en estas tierras altas. (Tomado de Orbe)