El Ministerio de Relaciones Exteriores y Expatriados advirtió en un comunicado que esas incursiones se realizan bajo la protección del Ejército en una clara distribución de roles para lograr los objetivos coloniales de ese país.
La estrategia busca reprimir aún más a los palestinos, imponerles más castigos colectivos y restricciones en un intento de romper su relación en su tierra para facilitar el control de los colonos sobre ella, denunció el texto.
La cancillería responsabilizó “total y directamente al gobierno de Israel y a sus diversas instituciones por los repetidos ataques contra nuestro pueblo”.
A principios de año, el Centro de Información Israelí para los Derechos Humanos en los Territorios Ocupados (B’Tselem) aseguró que la violencia de los colonos contra los palestinos es otro método más que utiliza Tel Aviv para controlar Cisjordania.
Ellos ejecutan una variedad de actos que incluyen agresiones físicas, lanzamiento de piedras, amenazas y hostigamiento, daños a árboles y cultivos, vandalismo de automóviles, bloqueo de carreteras e incluso disparos de munición real, destacó B’Tselem.
Las autoridades israelíes, incluidas las fuerzas de seguridad y el sistema de aplicación de la ley, son plenamente conscientes de esta realidad, pero permiten y respaldan esa violencia y luego disfrutan del resultado, afirmó.
Según diversas fuentes, unos 490 mil colonos viven en la margen occidental y otros 200 mil en Jerusalén oriental.
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