Ese día, un hombre identificado como Fernando Sabag intentó asesinar a la también titular del Senado mientras ella saludaba a personas reunidas en las proximidades de su domicilio en el capitalino barrio de Recoleta.
Durante un acto por el Día de la Militancia en el estadio Diego Armando Maradona de la ciudad de La Plata, Fernández señaló que ese hecho quebró el pacto de respetar la vida y poner fin a la muerte como instrumento político, el cual surgió tras la peor tragedia política, económica, social y humanitaria en esta nación.
El 30 de octubre de 1983 acordamos de manera tácita y expresa que ningún argentino estaría en peligro por opinar, militar y pensar diferente, afirmó, e instó a acabar con la violencia y el discurso de odio.
La vicemandataria alertó sobre una frase de diputados opositores divulgada recientemente en un documento donde advertían sobre un supuesto falso atentado contra ella: Sin Cristina hay peronismo, sin peronismo sigue habiendo Argentina.
Ahí está condensado el objetivo de siempre: suprimirnos. Sin Cristina hay peronismo, posiblemente dividido, fracturado, enfrentado, inocuo y neutralizado para cualquier proceso de cambio, señaló.
¿Realmente creen que con eso se termina la voluntad de un pueblo de tener una vida digna y una patria justa? Si fuera tan simple lo hubieran logrado desde hace muchos años. Siempre el peronismo termina reencarnándose y lo que parecía muerto y sepultado finalmente no lo está, añadió.
Por otra parte, criticó la persecución judicial contra ella y otros líderes latinoamericanos como el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y el ecuatoriano Rafael Correa.
En Bolivia recurrieron a un golpe de Estado tradicional porque el Gobierno de Evo Morales modificó el poder judicial y estableció que sus miembros fueran electos por voluntad popular. Se confirma la regla: donde no hay jueces puestos a dedo, eternos en sus cargos y a los que se puede presionar, el sistema funciona, apuntó.
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