Según el ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Fernando López, las observaciones en las cercanías del cráter evidencian que la actividad es resultado de un proceso de desgasificación y no de erupción volcánica.
Los equipos que monitorean la actividad del coloso examinan constantemente los gases y las emanaciones de cenizas, pero estas no han revelado material nuevo, que les indique generación de magma, la roca fundida atrapada bajo tierra que al salir a la superficie como un líquido, se denomina lava.
“El parámetro de dióxido de azufre no ha aumentado, es decir, lo que estamos teniendo son emanaciones, pero el parámetro se mantiene. Esto significa que la desgasificación no está trayendo nuevo material magmático”, indicó el titular en rueda de prensa.
La víspera fue instalada una nueva estación de Sistema de Posicionamiento Global (GPS, por sus siglas en inglés) en las faldas del volcán de San Miguel, para detectar movimiento de magma, algo que de ocurrir aumentaría los riegos para los que viven cerca de la montaña.
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