En muchos de los discursos pronunciados aquí fueron expresadas muestras de apoyo a nuestra Revolución, manifestó la directora del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP) Leima Martínez, quien denunció los intentos por debilitar el símbolo de fortaleza que Cuba representa para el mundo.
Martínez ratificó en sus palabras que la Revolución cubana mantiene firme su posición de soberanía e independencia, así como su determinación de no claudicar en el empeño de defender las justas causas que respalda.
Respetamos la decisión de los pueblos de preservar su identidad nacional y su soberanía y nos oponemos a la adopción de sanciones unilaterales, una práctica que en los últimos tiempos se ha extendido, puntualizó.
La directiva del ICAP aludió asimismo a la guerra comunicacional de cuarta generación que muchos de los países representados en este encuentro enfrentan, e instó a “defender entre todos la verdad que estamos construyendo”.
Por otra parte, y en un mensaje dirigido a la Asamblea del CMP, el venezolano Instituto Simón Bolívar para la Paz y la Solidaridad entre los Pueblos expresó el honor que significa reunirse en la tierra del presidente Ho Chi Minh, quien “sigue siendo inspiración infinita para los pueblos libres del mundo”.
El comunicado constata la preocupación que generan las grandes amenazas que se ciernen sobre la humanidad, poniendo en riesgo la vida y la paz en el planeta como nunca antes, y reitera el compromiso del pueblo venezolano con la Diplomacia Bolivariana de Paz.
Señala además la satisfacción que produjo el comienzo esta semana en Caracas de nuevas conversaciones de paz entre el Ejército de Liberación Nacional y el Gobierno de Colombia, “lo cual nos llena de esperanza y apunta hacia pasos firmes para acabar con el ultimo conflicto armado en nuestro continente”.
En otra de sus partes, el documento apunta que el compromiso con la paz pasa por oponerse a todo tipo de conflagración, desde la convencional hasta todas las formas que adopta la guerra híbrida del imperialismo en la actualidad.
Denuncia además la escalada guerrerista de la Organización del Tratado del Atléntico Norte (OTAN) y de Estados Unidos, que se produce en momentos cuando los graves efectos del cambio climático, la pandemia de Covid-19 y la crisis de acumulación de capital deberían conducir a caminos de cooperación y solidaridad.
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