Loréus pidió que las voces de las sobrevivientes sean escuchadas, así como las de las activistas y abogó por el apoyo y el fortalecimiento de los movimientos feministas.
“Todos podemos actuar para empoderar a las supervivientes, reducir y prevenir la violencia contra las mujeres y las niñas, y proteger los derechos de las mujeres”, dijo la titular durante la ceremonia.
Según informes de Naciones Unidas, en Haití un 34 por ciento de las mujeres en pareja son víctimas de la violencia doméstica, y de ellas 37 por ciento sufre lesiones graves.
Además, el 30 por ciento de las mujeres y niñas entre 15 y 49 años son víctimas de la violencia física, y una de cada cuatro niñas menores de 18 años sufren agresión sexual.
“La cantidad de mujeres y niñas que son víctimas de la violencia en Haití, tanto en el ámbito privado como en el público, debe interpelarnos, indignarnos, exasperarnos y enfurecernos”, dijo durante la jornada Ulrika Richardson, coordinadora humanitaria de la ONU en Haití.
Richardson recordó la “escalofriante” violencia sexual que enfrentan las mujeres y las niñas en ciertos barrios sensibles de la capital como Croix-des-Bouquets, Cité Soleil, Tabarre, Village de Dieu, Martissant y otros, por parte de los grupos armados.
Un informe de la ONU a mediados de octubre deploró que las féminas son constantemente violadas por hombres de su comunidad, y también expuestas a agresiones colectivas y repetidas durante las masacres.
“Las pandillas utilizan la violencia sexual para sembrar el miedo y lamentablemente el número de casos aumenta día a día a medida que se agrava la crisis humanitaria y de derechos humanos en Haití”, lamentó Nada Al-Nashif, alta comisionada interina de la ONU para los Derechos Humanos.
Por su parte, la Red Nacional en Defensa de los Derechos Humanos denunció que desde 2018 las autoridades judiciales no se pronuncian contra las denuncias, ni iniciaron ninguna acción pública contra los perpetradores.
Las organizaciones humanitarias y feministas concuerdan que actualmente la situación es grave en el país caribeño mientras aumenta el control que ejercen las pandillas.
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