En el camino al primer mes de vacancia constitucional, el entendimiento y la ausencia de una figura consensuada dejan fuertes huellas en la imagen de Líbano y constituye un golpe simbólico a nivel internacional, ante la incapacidad de designar al nuevo mandatario de la República.
Para el titular del legislativo, Nabih Berri, los libaneses deben romper el muro de la crisis al aceptar nombrar al próximo jefe de Estado como el primer punto en la agenda nacional para retomar la regularidad presidencial y gubernamental.
De acuerdo con el periódico Al-Jumhuriya cada retraso en la elección multiplica los costos en los distintos niveles económicos, sociales, de vida e incluso de seguridad del país; en el contexto de discrepancias internas e injerencia externa.
La Asociación de Eruditos Musulmanes instó al presidente Berri a trabajar para liderar consultas paralelas con todos los partidos a fin de llegar a un consenso para elegir al representante de la comunidad cristiana maronita capaz de ocupar el puesto de presidente de la República.
El encuentro calificó de vergonzoso esperar por intervenciones externas para imponer soluciones, mientras la posibilidad de dialogar entre todos permitirá alcanzar una mejor salida al impasse que sufre el país.
Ante este panorama, el jefe del bloque Baalbek-Hermel, Hussein Hajj Hassan consideró que la división política parlamentaria no permite poner fin al vacío y quienes rechazan el consenso respaldan un candidato desafiante y provocador.
El diputado enfatizó la necesidad de un presidente cuya primera tarea sea preservar la soberanía de la nación bajo la ecuación de fuerza de pueblo, Ejército y Resistencia.
Hajj Hassan agregó que las jornadas electorales continúan, pero a nivel de comunicación y diálogo entre los componentes hay un tímido movimiento interno sin lograr un objetivo positivo, pues cada equipo defiende su posición y las votaciones son casi iguales de sesión en sesión.
En este escenario, el vicepresidente del Consejo Ejecutivo de Hizbulah, Sheikh Ali Damoush, ratificó que la prioridad en esta etapa es abordar la crisis económica de los libaneses con un enfoque realista y serio sobre el mérito y las características del presidente.
Ali Damoush subrayó que Hizbulah respalda un mandatario para toda la nación y no a favor de un grupo específico, un jefe de Estado sin dependencia del exterior que preserve la unidad y paz civil, asegure la resistencia y no conspire contra ella.
Líbano efectuará el venidero jueves 1 de diciembre la octava sesión parlamentaria en busca de lograr el consenso requerido y elegir al presidente número 14 después de la independencia.
El país sortea su cuarto vacío constitucional desde 1943, luego de la conclusión del mandato de Michel Aoun, el pasado 31 de octubre.
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