Si bien la interrupción voluntaria del embarazo está despenalizada en la nación, los resultados del sondeo sugieren que la mayoría de los ciudadanos cree importante codificar ese derecho mediante una legislación.
El apoyo a una norma que consagre esa prerrogativa crece al 60 por ciento en la occidental provincia de Columbia Británica.
Allí el estudio encontró que un siete por ciento de las personas quieren que se restrinja legalmente el aborto, mientras el tercio restante no considera que la legislación sea necesaria.
Asimismo, descubrió que casi tres de cada 10 mujeres canadienses experimentan un embarazo no planificado o no deseado en su vida.
De entre todas las que tuvieron un aborto, el 16 por ciento alegó que le fue difícil o imposible acceder, apuntó.
Sobre este tema, no obstante, coexisten diferentes puntos de vista en la nación incluso dentro de los grupos que apoyan el procedimiento, añadió un reporte de la cadena de noticias CTV News.
En lugar de implementar una nueva medida, algunos defensores del derecho a la interrupción voluntaria del embarazo argumentan que los gobiernos locales deberían usar sus potestades para mejorar el acceso a los servicios de salud reproductiva.
«Los grupos nacionales de derechos reproductivos en Canadá no apoyan una ley que consagre el aborto, ya que creemos que esto podría politizar el tema aún más y someterlo a una interferencia continua en el futuro», expresó la directora ejecutiva de Abortion Rights Coalition de Canadá, Joyce Arthur, citada por el medio.
Para asegurar la realización de estos procedimientos, recomendó por su parte el informe de Angus Reid, es preciso garantizar que la objeción de conciencia por parte de los médicos no ponga trabas a los servicios de aborto legal para las mujeres.
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