Entre ellas están las enfermedades cardiovasculares, la diabetes tipo 2, la presión arterial alta y algunos tipos de cáncer, mostró la investigación liderada por expertos de la Universidad de Nevada y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) publicada este jueves en Lancet Regional Health Americas.
El sistema de etiquetado frontal nutricional tiene como objetivo ayudar a la población a comprender el contenido nutricional de los productos, reducir el consumo de alimentos ultraprocesados y procesados con contenido excesivo de grasas, azúcares y sal y, en última instancia, ayudar a los consumidores a tomar decisiones más saludables.
Las mejoras a este proceso incluyeron etiquetas de advertencia más grandes, fondo contrastante para una mejor visibilidad, uso de la palabra «exceso» en lugar de «alto en» para optimizar la comprensión y la adopción del modelo de perfil de nutrientes de la OPS para definir mejor los umbrales para los alimentos.
De acuerdo con el informe, en la región de las Américas los 35 países miembros de la OPS consideraron el etiquetado frontal nutricional y de ellos 30 introdujeron formalmente el sistema.
“El etiquetado frontal de advertencia nutricional ha evolucionado en las Américas para brindar la mejor opción a las poblaciones”, señaló Fabio Da Silva Gomes, coautor del estudio y asesor regional de nutrición y actividad física de la OPS. Añadió que “las lecciones y la evidencia acumuladas han llevado a los países a alcanzar la excelencia regulatoria mediante la adopción de etiquetas de advertencia octogonales junto con el modelo de perfil de nutrientes de la OPS para proteger y promover la alimentación saludable y la salud pública.»
Los investigadores recomendaron que los gobiernos que aún están discutiendo y esperando implementar el sistema deben seguir tales prácticas para mejorar la aceptación y el impacto de la política para ayudar a reducir las enfermedades no transmisibles relacionadas con la mala nutrición en las Américas.
ro/lpn