La neutralización del tráfico se produce en medio de un aumento de las entradas ilegales de armas y municiones a la República Islámica.
Tabnak expuso fotos del alijo de armas confiscadas por las fuerzas de seguridad iraquíes en la ciudad de Al-Sulaimaniya, en el este de la región de Kurdistán de Irak.
La República Islámica solicitó repetidamente a las autoridades iraquíes que impidan las actividades de los grupos terroristas activos cerca de las fronteras del país persa.
El martes anterior fuentes de seguridad anunciaron el monitoreo cauteloso de una operación compleja que devino desarticulación de un grupo internacional que transportaba armas y municiones explosivas a la provincia persa de Sistán y Baluchistán (sureste).
En las últimas semanas, algunas provincias del país fueron escenario de disturbios y actos de vandalismo, después de la trágica muerte de la joven iraní Mahsa Amini, ocurrida el 16 de septiembre en un hospital de esta capital, tras su detención policial.
Desde finales de septiembre, el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán lanzó varios ataques con drones y misiles contra bases, cuarteles y campamentos de entrenamiento de los grupos terroristas, desplegados en el norte de Iraq.
Esas acciones se realizaron en represalia por el envío de fuerzas y armas para fomentar disturbios y atacar algunos de los puestos de vigilancia fronterizos del país persa.
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