La Conferencia de Liderazgo sobre Derechos Civiles y Humanos, integrada por más de 200 asociaciones, instó a la administración a realizar varios ajustes para proteger las libertades de las personas y criticó el uso de la ideología para clasificar a los grupos extremistas.
“El gobierno debería utilizar categorías que se basen en la amenaza real de actividad violenta o en vínculos operativos concretos entre los actores, en lugar de confundir las amenazas basándose en un marco ideológico arbitrario», señaló el informe de la coalición citado por el diario The Hill.
La Casa Blanca dio a conocer la primera Estrategia Nacional para Contrarrestar el Terrorismo Doméstico en junio de 2021, a cinco meses del asalto al Capitolio, el 6 de enero de 2021, por una turba de seguidores del expresidente Donald Trump (2017-2021) para impedir la certificación del triunfo de Biden en las elecciones de 2020.
La Conferencia advirtió que el plan no corrige lo que caracterizó como políticas excesivamente amplias y fallidas promulgadas tras el 11 de septiembre, fecha recordada por los atentados en distintas zonas del país en 2001.
“Estas autoridades y políticas perjudicaron de forma desproporcionada a las comunidades de color; se basan en la vigilancia de la expresión, las creencias y la conducta protegidas por la Constitución; y negaron las protecciones fundamentales del debido proceso a las personas afectadas por ellas”, señala el informe.
La estrategia del actual mandatario también rebautizó lo que antes eran iniciativas del Departamento de Seguridad Nacional para contrarrestar el extremismo violento, que fueron criticadas por ser en gran medida ineficaces y discriminatorias, en particular por su enfoque en la comunidad musulmana, agregó la fuente.
Para la coalición, lo ahora denominado Centro de Programas de Prevención y Asociación, está “construido sobre la misma base defectuosa” que los planes anteriores.
El informe también pide al Ejecutivo que retroceda en el uso de la vigilancia de las redes sociales, que, según destacó, mostró beneficios mínimos.
En los últimos años este país experimentó un importante aumento de los incidentes de terrorismo doméstico, y las autoridades identifican a los supremacistas blancos y a las milicias como las principales amenazas, acotó The Hill.
Organizaciones de defensa de los derechos civiles pidieron en enero del pasado año al Congreso que no apruebe nuevas leyes antiterroristas luego del ataque al Congreso, ya que podrían usarse para elaborar perfiles raciales o para vigilar a las comunidades y a los opositores políticos bajo la excusa de la defensa de la seguridad nacional.
Entonces, el activista Wade Henderson, de la Conferencia de Liderazgo, aseguró que “la inadecuada respuesta del Gobierno al creciente nacionalismo blanco es un deplorable fracaso político”.
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