Restaurado como preámbulo de la XXII Copa Mundial de Fútbol, el espacio exhibe colecciones que abarcan mil 400 años de historia y sus corredores muestran obras que datan del siglo VII, según detallan sus especialistas en medio del recorrido.
Manuscritos, cerámicas, textiles y piedras preciosas figuran en el catálogo de la pinacoteca, que desde 2008 funge como plataforma para el diálogo internacional y el intercambio que conectan a Oriente y Occidente.
Diseñada por el arquitecto Ieoh Ming Pei, la instalación integra piezas recopiladas en tres continentes, gracias el impulso de la organización gubernamental Qatar Museums, encargada de las acciones de remodelación ejecutadas.
La colección incluye algunos de los artículos de vidrio islámico más famosos del mundo, entre ellos sobresalen copas, jarrones medievales y lámparas de mezquita de colores brillantes, uno de estos objetos proveniente del período mameluco, central en la historia de Egipto y la civilización árabe musulmana desde el siglo VIII.
Asimismo, seduce la selección de utensilios de cocina y paneles de azulejos, que demuestran el rol fundamental de la cerámica en la vida cotidiana, mientras que cerca de 800 manuscritos del Corán validan la importancia de este documento en la región.
En ese sentido, destaca el famoso Abbasid Blue Qur’an, una de las obras más finas y raras del escenario islámico, o las cinco páginas conocidas del TimuridBaysunghurQur’an, el Corán más grande del orbe, junto a textos sobre ciencia, literatura y religión. Armas y armaduras, instrumentos científicos, objetos domésticos, alfombras, disfraces y telas resaltan en el fondo museográfico de la institución, cuya inmensa biblioteca posee un catálogo de más de 21 mil libros.
Una de las áreas de interés del Museo está centrada en el desarrollo de los infantes, de ahí que presente una amplia variedad de recursos para niños, desde cuentos, volúmenes relacionados con la historia del arte, una agenda de actividades artísticas y hasta un parque de atracciones, entre otras propuestas.
Con vistas panorámicas de la costa, el edificio en Doha se sumó al ambicioso plan de Qatar para acoger a los centenares de miles de visitantes que inundan sus calles en medio del Mundial de Fútbol, en el afán de articular la cultura y el deporte.
(Tomado de Orbe)