El hecho ocurrió 15 meses después de que el Ejecutivo bolivariano decidiera suspender las conversaciones por el secuestro y extradición a Estados Unidos del diplomático venezolano Alex Saab, todavía preso en una cárcel de la nación norteña.
Durante meses, las partes sostuvieron reuniones “discretas, en secreto y constructivas”, que condujeron a este pacto de carácter social, el cual implicará el rescate por el Estado de tres mil millones de dólares de los más de 20 mil millones incautados al país en el sistema financiero internacional.
Llegar hasta aquí no resultó fácil para la República Bolivariana, la cual fue sometida a una guerra declarada que incluyó todo tipo de estrategias elaboradas en los laboratorios de Washington y sus aliados con el propósito de derrocar al legítimo Gobierno constitucional.
Una andanada de acciones conspirativas, sediciosas y criminales cayeron sobre la nación sudamericana, que tuvieron su paroxismo después de la victoria de la derecha en las elecciones parlamentarias de 2015 y que llevaron a la autoproclamación de un Gobierno interino en 2019.
Los planes pasaron por asesinar al presidente, inclusive mediante el uso de drones, y generar actos terroristas como el intento de detonar bombas en la Asamblea Nacional y los ataques a la infraestructura eléctrica.
A ello hay que sumarel robo de empresas como Monómeros, en Colombia, y Citgo, en Estados Unidos, el secuestro de sus activos en oro retenidos en bancos internacionales, más la aplicación de más de 900 medidas coercitivas unilaterales.
Lo sucedido en México no puede descontextualizarse de la realidad nacional de Venezuela, que al decir de Maduro “vive tiempos de paz, de diálogo, entendimiento, recuperación económica y sanación de las heridas de la guerra y del bloqueo”.
Un elemento a tener en cuenta es que las conversaciones del Gobierno bolivariano son con ese sector intransigente de la PU que condujo a la violencia extrema, a la promoción del golpe de Estado y a la intervención militar.
Las autoridades, incluida la dirección del Partido Socialista Unido de Venezuela, concuerdan en que el mayor beneficiario del acuerdo es el pueblo, por lo que los fondos rescatados serán invertidos en salud, educación, servicio eléctrico y en resarcir los considerables daños provocados por las intensas precipitaciones.
Los mencionados recursos financieros —manejados por las Naciones Unidas como estipula el arreglo—permitirán la habilitación de ocho bancos de sangre y la modernización y equipamiento de 10 hospitales materno infantil, así como reparar y modernizar con tecnología a dos mil 300 escuelas, según fuentes oficiales.
Como dijo Maduro, el acuerdo abre un nuevo capítulo para el país y ahora se trata de recuperar los recursos secuestrados para invertirlo en el pueblo, y después “veremos qué otros temas se pueden conversar” con ese sector de la oposición, con el cual se firmó en 2021 un Memorando de Entendimiento.
(Tomado de Orbe)
Pie de foto: Jorge Rodríguez, jefe de la delegación del Gobierno venezolano, explicó que los fondos serán destinados al pueblo.
Pie de foto: El canciller mexicano, Marcelo Ebrard (ci), y DagNylander (cd), representante de Noruega, acompañaron las negociaciones.