Lawrence Kanyuka, portavoz del M23, aseguró estar listos para iniciar la desconexión y la retirada, al tiempo que solicitó una reunión con la fuerza regional de África Oriental desplegada en el país para discutir las modalidades de la implementación.
Según un comunicado, Kanyuka reiteró el pedido de una reunión con el facilitador de paz de esa comunidad, el ex presidente de Kenia Uhuru Kenyatta, para “discutir asuntos de su interés”.
Pese al anuncio del grupo armado, el Gobierno congoleño fue firme en su decisión de no establecer ningún diálogo hasta que no sea efectiva la retirada de las zonas ocupadas, debido a la violación del alto al fuego decretado el 25 de noviembre pasado.
Una investigación gubernamental busca esclarecer una masacre ocurrida el lunes en la localidad de Kishishe, perteneciente a la ciudad estratégica de Goma (Kivu del Norte) con un saldo de 270 fallecidos y atribuida al M23.
Patrick Muyaya, portavoz gubernamental, dijo que remitieron el caso al fiscal de la Corte Penal Internacional para su esclarecimiento.
Por su parte, el grupo rebelde culpó al Gobierno por la masacre y dijo que la cifra de fallecidos revelada era para “crear una distracción”. Muyaya reconoció la ausencia de una corroboración inmediata de los muertos por la inseguridad en la zona, pero que la información provino de fuentes locales de la sociedad civil.
El M23 empezó sus operaciones en 2012 cuando capturó la estratégica ciudad de Goma, de la cual fueron desalojados y guardaron silencio hasta el año pasado cuando reiniciaron operaciones tras acusar a las autoridades congolesas de incumplir su compromiso de incorporar sus integrantes al Ejército Nacional.
Los actos de violencia desatados en el este de la RDC en los últimos años provocaron el desplazamiento de unos cinco millones de civiles, en tanto, decenas resultaron muertos, según fuentes humanitarias.
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