El llamado plan de seguridad propone como ejes principales arreglar las políticas de control fronterizo, completar la infraestructura de la zona, y apuntar a los cárteles y organizaciones criminales.
Específicamente, las medidas establecen reanudar la construcción de un sistema de muros fronterizos, aumentar la retención de agentes de la Patrulla Fronteriza, y prohibir que las subvenciones federales se destinen a organizaciones no gubernamentales que apoyan a los migrantes con destino a los Estados Unidos.
Asimismo, incluyen reformar el sistema de asilo para “limitarlo solo a aquellos con temor real de persecución”, y designar a los cárteles como organizaciones terroristas extranjeras, según destacó el periódico The Hill.
El plan, dijeron los legislativos, es una continuación de la política y el marco de mensajes del «Compromiso con Estados Unidos» del Partido Republicano de la Cámara que se publicó antes de las elecciones de mitad de período.
“Nuestra delegación está comprometida a usar todas las herramientas para responsabilizar al presidente Joe Biden, al secretario de Seguridad Nacional Alejandro Mayorkas y a toda esta administración por su incumplimiento de apoyar a nuestros líderes estatales en sus esfuerzos por defender Texas frente a este peligro claro e inminente”, expresó la representante Jodey Arrington en conferencia de prensa.
Arrington aseguró que el líder de la minoría de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy y los miembros republicanos, en general, brindan apoyo y “esperan que los tejanos estén al frente para liderar esta lucha”.
Esta propuesta del partido rojo surge cuando el Senado trabaja en un acuerdo de inmigración, con el objetivo de impulsar la financiación de la seguridad fronteriza, acelerar los procesos de asilo y otorgar un camino a la ciudadanía a unos dos millones de indocumentados que integran el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), declarado ilegal en octubre por un juez federal de Texas.
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