Fernández fue coprotagonista junto al anfitrión Luis Lacalle Pou del diferendo que primó en la cita de cancilleres primero, y en la de jefes de Estado después, con visiones distintas sobre el futuro de la asociación que comparten Argentina, Uruguay, Brasil y Paraguay.
En el centro de la polémica la política unilateral de apertura económica hacia el exterior del gobierno uruguayo, que defendió lo que considera su derecho a adherirse al Tratado Transpacífico y caminar hacia acuerdos de libre comercio con China y Türkiye.
“Uruguay busca abrirse al mundo, lo necesita y tiene vocación, si vamos en grupo es mejor, si le ofrecemos al mundo un mercado como el de los cuatro países nos dará un mayor poder negociador, pero no estamos dispuestos a quedarnos quietos”, remarcó Lacalle Pou al intervenir en el encuentro.
Por otro lado, las partes sí estuvieron de acuerdo en que el tratado del Mercosur no ha resuelto las asimetrías que afectan a los socios más pequeños, Uruguay y Paraguay, como subrayó el jefe de Estado paraguayo Mario Abdo.
El dignatario remarcó las dificultades de su país, sin litoral marítimo, para acceder al mercado internacional, y mencionó obras de infraestructura que lo facilitarán.
“Nunca nos sentamos” para ver cómo limar esas salvedades, expuso el argentino, pero resintió que la solución sea que “cada uno haga lo que quiera y sálvese quien pueda”.
“¿Por qué no nos ponemos a pensar en lo que nos conviene como región?”, insistió Fernández quien apeló a respetar las reglas básicas de la asociación y a trabajar por consolidarla, una de las premisas que impulsará en los próximos seis meses, aseguró.
Las potencialidades y el devenir del bloque también estuvieron en discusión. Lacalle Pou instó a exportar inteligencia y commodities y consideró prematura la creación de un banco central regional.
No es una locura pensar en un banco central común, no es una locura para Brasil ni para Argentina, claro que lo estamos hablando, porque lo que más queremos es potenciar nuestro comercio, ripostó Fernández.
Al final apretones de manos, una nueva presidencia pro témpore de Argentina, Alberto Fernández sonriente y con el mazo para la foto, contrastando con el rostro serio de Lacalle Pou, cual colofón de otra cumbre cuya declaración conjunta el uruguayo se negó a suscribir.
(Tomado de Orbe)