Según la Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria (CIF), que establece la norma mundial para determinar la gravedad de las crisis alimentarias, temporalmente se evitó la «Hambruna de Fase 5», el nivel más agudo; pero las cosas están empeorando.
La escala de la CIF tiene un complejo conjunto de criterios técnicos con los que se mide la gravedad de las crisis y su Fase 5 tiene dos niveles: Catástrofe y Hambruna.
El actual análisis reveló que 214 mil personas estaban clasificadas en el nivel de catástrofe y se esperaba que esa cifra aumente a 727 mil a partir de abril de 2023, a medida que disminuya la financiación humanitaria.
El portavoz de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH), Jens Laerke, dijo que el país se mantuvo justo al límite de la hambruna, pero nadie sabe por cuánto tiempo más. «No hay duda de que la gente se está muriendo de hambre”, insistió.
Entre las causas identificadas por la CIF, se encuentra la sequía de los últimos dos años, que diezmó las cosechas y el ganado en las naciones del Cuerno de África, y el incremento de los precios de los cereales a raíz del conflicto en Ucrania.
La última hambruna en ese país africano, en 2011, acabó con las vidas de un cuarto de millón de personas, la mitad de ellas antes de que se declarara oficialmente dicho flagelo.
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