Bajando la Avenida Rubén Darío hasta el Mercado Hula Hula, cerca de la Catedral y la plaza Morazán, la gente de desplazaba en grupo pero la mayoría con las manos vacía, otros cargaban paquetes, los menos.
En esta área que el gobierno municipal busca recuperar desplazando hacia otros lugares negocios informales que durante más de 30 años ocuparon locales, calles y aceras, la actividad de venta era escasa aunque más adentro en calles paralelas las voces de los vendedores y las ofertas eran abundantes pero, pocas ventas y mucho ruido.
Algunos comerciantes prevén menos comercializaciones para la temporada de Navidad y fin de año, la cartera “llora” por la inflación y la mayoría de la gente calcula los gastos de fin de año para comenzar 2024 menos comprometidos.
Los vendedores de aves, por ejemplo, ofertan sus productos (gallinas indias y rojas, gallos, patos, chompipes (pavo o guanajo), y gallinas de guinea pero a precios más alto pues la inflación elevó los precios de los alimentos para estos animales.
En el Marcado Central de San Salvador, sin embargo, los vendedores esperan que en los próximos días vengan más a hacer sus compras para las fiestas, aunque, dicen, antes ya muchos las habían hecho.
Una comerciante dijo a Prensa Latina que hoy, tal vez por la final de la Copa Mundial de Futbol, el día fue calmado pero se manifestó pesimista de que mejoren las próximas jornadas.
El año pasado fue poca (la venta) a causa de la Covid-19, ahora va a ser menos. “Yo le tengo gallinas indias de ocho, 10 y 15 dólares. Tenemos patos, gallina de guinea, gallos y chompipes; estos están ahorita a 35, 40 y 50, pero la salida no está garantizada”, comentó una mujer encargada de una venta.
La comida de los animales está carísima, por lo menos el maicillo estaba a 0.20 centavos dólar la libra y ahorita está a 0.60 centavos, lo que limitó también las crías y encareció los precios.
No son pocos los que fruncen el seño y señalan que el ambiente está malo aunque no pierden las esperanzas de que en la próxima semana se produzcan las ventas milagrosas.
También las especies, los tamales, clásicos en estas temporadas de fiestas, registran poca salida, e incluso algunos vendedores se quejan de la falta de encargos como en años anteriores.
Pese a todos los tropiezos, hay optimismo y muchos esperan que desde el 20 de diciembre aumente las ventas con los pagos de los aguinaldos de los trabajadores.
Mientras llegan esos buenos aires, el centro de la capital salvadoreña mantiene el bullicio y el ajetreo y las ofertas ensordecen al caminante. “Compre aquí, bueno y barato”.
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