La preocupación crece dentro de la jefatura del NHS ante el anuncio de los empleados del servicio de emergencia y ambulancias de también irse al paro en Inglaterra y Gales, señala el diario The Guardian.
Pese a las negativas consecuencias de la paralización de los referidos servicios, el primer ministro Rishi Sunak para nada parece estar dispuesto a ceder ante los huelguistas después de llamar la víspera a la población a prepararse para una larga ausencia de esos servicios.
Tras admitir que la acción de protesta puede prolongarse por varios meses, el jefe de Gobierno consideró que su equipo actúa de forma responsable y razonable, y lo seguirá haciendo como parte de la estrategia a largo plazo del país de combatir la inflación.
El Reino Unido, como muchos de los países europeos, sufre las consecuencias del efecto bumerán de la aplicación de medidas punitivas unilaterales contra Rusia que incluyó el embargo escalonado de la compra de petróleo y gas de ese estado euroasiático.
La reducción de la oferta de combustibles en el mercado europeo llevó a una inflación histórica con el aumento de las tarifas energéticas, lo cual repercutió en la economía de naciones europeas, incluido Reino Unido, comenta la prensa local.
En medio de esa crisis, se produjo la renuncia del conservador Boris Jhonson como Primer Ministro y de su sustituta Liz Truss, cuyo lugar finalmente ocupó Sunak. Todo ello ocurrió en apenas seis meses.
La posición del exministro de Finanzas es que las demandas de aumento salarial llegan demasiado tarde para el periodo fiscal 2022/2023 y por ello quedarán sin solución, aunque dejó entrever la posibilidad de un incremento para el periodo 2023/2024, destaca The Guardian.
El NHS surgió en 1948 en este país como un sistema para ofrecer un servicio de salud completo, universal y gratuito, pero ha sido sometido a varios intentos de privatización que se reforzaron con la llega al poder del Partido Conservador.
lam/To
