Las fuerzas del orden sudanesas dispararon granadas lacrimógenas contra los miles de protestantes que coreaban consignas contra el entendimiento, que califican de “ambiguo”, demandaron la formación de un gobierno civil y el retorno de los mlitares a los cuarteles.
No nos gobernarán con ese acuerdo, gritaban los manifestantes durante la marcha, realizada en el cuarto aniversario de los disturbios masivos que en 2019 desembocaron en la destitución del ahora encarcelado expresidente Omar al Bashir, quien gobernó este país durante décadas.
El pacto entre el gobierno transicional sudanés y el FLC incluye la instalación de un gabinete civil cuya misión primordial será convocar elecciones generales para el retorno a la constitucionalidad.
Al presente Sudán es gobernado por un Consejo Soberano encabezado por el general Abdel Fattah al Burhan, impugnado por sindicatos, gremios de profesionales y partidos políticos y asediado por protestas populares en las cuales han muerte más de 120 personas, la mayoría civiles.
Tras la dispersión de la protesta, fuerzas de seguridad cerraron los accesos a varias arterias metropolitanas y el paso por los puentes entre esta capital y el resto del país, en particular la ciudad gemela de Omdurmán, localizada en la ribera este del río Nilo.
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