Edilberto F. Méndez*
El año aún en curso comenzó en esta nación con la quinta ola del nuevo coronavirus conocido como SARS-CoV-2, cuando hubo más de mil casos positivos por día ocasionados por las variantes Delta y en especial, Ómicron y ello obligó al uso obligatorio del barbijo y la vacunación con tres dosis.
Con las medidas mencionadas y la inmunización a niños de cinco a 11 años, junto a la tercera dosis en adolescentes de 12 a 17 años, logró enfrentarse la enfermedad eficientemente y disminuir los contagios.
En febrero, el presidente dominicano, Luis Abinader, anunció el cese de todas las restricciones relacionadas con la pandemia convirtiendo a República Dominicana, en el primer país de la región en eliminar la obligatoriedad del uso del nasobuco.
Pero justo a mitad de 2022, los contagios con la Covid-19 volvieron a la carga y hubo un incremento a causa de las subvariantes BA.4 y BA.5, aunque, en honor a la verdad, no fueron altos y se logró mantener el control por las acciones del Ministerio de Salud.
Sin embargo, diciembre debutó con cifras crecientes de infectados y el resurgimiento de las mascarillas para llevar la situación al punto de que las autoridades sanitarias autorizaron una quinta dosis de refuerzo.
Eso, junto al retorno a la protección y el llamado a quienes aún no se han vacunado o lo han hecho solo una o dos veces a completar los ciclos, permite esperar que el contagio se detenga.
Según el viceministro de Salud Colectiva, Eladio Pérez, y el director de Epidemiología, Ronald Skewes, en el país fue retirada la recomendación del uso de mascarillas, pero no de manera obligatoria, sino como una decisión voluntaria y personal sobre el autocuidado, y así será en estos momentos.
Pérez precisó que el nasobuco y la vacunación son las medidas preventivas más eficaces contra la Covid-19 y que el comportamiento del virus indica se mantendrá circulando por mucho tiempo entre la población, con picos en determinadas épocas del año debido al acumulamiento de personas susceptibles, tal como ocurre con la influenza.
Ante esta situación, el gobierno aseguró disponer de vacunas suficientes para atender la demanda de la población y anunció nuevos acuerdos con Pfizer para adquirir más dosis.
Además, aseveró que el país gestiona con la empresa farmacéutica estadounidense la adquisición de vacunas ambivalentes (una combinación de la cepa original de la Covid-19 mezclada con la de la variante Ómicron), la cual, según las autoridades sanitarias, brinda una mayor y más efectiva protección.
Nuevas enfermedades al ataque
A mediados de año, a nivel internacional aparecieron más de mil casos de una mortal hepatitis infantil aguda, lo que motivó a las autoridades sanitarias a activar la vigilancia en el país, por lo que se concluye 2022 sin reportes locales de esta enfermedad.
También apareció la viruela símica en este territorio en el pasado mes de mayo, cuando comenzaron a proliferar los casos de este virus en Europa y Estados Unidos.
El 6 de julio fue notificado el primer enfermo local, un joven de 25 años que estuvo en Estados Unidos, y hasta estos momentos están contabilizados 37 contagios.
Posteriormente, apareció en escena el cólera, algo que mantiene preocupada a la población y cerró noviembre con cuatro casos reportados.
Dos de ellos son importados desde la vecina Haití, y el contagio de una madre de 30 años y su hija de seis, ambas de nacionalidad dominicana, residente en el sector de la Zurza, en el Distrito Nacional.
Se mantiene la vigilancia tomando como parámetro el brote de 2010 que en territorio haitiano estuvo afectando por más de un año.
La fiebre amarilla también ha sido combatida por el Ministerio de Salud y Asistencia Social, institución que recientemente recibió 10 mil dosis de vacunas para esa enfermedad con la finalidad de dar respuesta a los cientos de personas de diferentes nacionalidades quienes las procuran de manera gratuita.
Con esta cantidad, suman 18 mil las adquiridas en 2022 y serán distribuidas en los diferentes puestos y centros establecidos.
La directora de Inmunoprevenibles por Vacunas, Lucía Vargas, manifestó que “básicamente en el país no tenemos fiebre amarilla; no obstante, son inmunizadas entre 150 a 200 personas diariamente. Nosotros, en cumplimiento del Reglamento Sanitario Internacional, vacunamos a los viajeros que van a los países donde la enfermedad es endémica”.
Y como si fuera poco fueron reportados brotes esporádicos de chinches, arañas y sarna, aunque su incidencia fue poca y solo encendió las alarmas, no así la aparición de arañas en Mao, provincia Valverde, que según el Ministerio de Medio Ambiente son especies nativas.
Son muchos los llamados por diferentes sectores del país a apretar la tuerca en los finales del año teniendo en cuenta que son días de fiestas y celebraciones colectivas en las cuales un descuido puede hacer retroceder el país y borrar de un plumazo lo alcanzado en el control epidemiológico.
Y si de tensión hablamos….
Y si de tensión en materia sanitaria se trata, es menester incluir la vivida durante meses por las jornadas de lucha del Colegio Médico Dominicano contra las Administradoras de Riesgos de Salud y de Fondos de Pensiones.
Fueron y son acciones de los galenos exigiendo una nueva ley de salud y la creación de un Plan Básico de Salud en el país para cubrir todas las necesidades de la gente con un modelo que no sea sobre la base de los bolsillos del pueblo, entre otras cuestiones.
El colofón de estas protestas fue una marcha efectuada en esta capital hasta el Congreso, donde miles de personas de diferentes organizaciones, gremios y asociaciones se desplazaron por la céntrica avenida Jiménez Moya hasta el Centro de los Héroes para finalmente entregar en el legislativo una proclama.
Se trata del documento que se espera sea atendido por los legisladores y lograr así que las leyes, de una vez por todas, se pongan en consonancia con los enfermos y pensionados, como exigen quienes llevan a cabo las protestas.
De lo contrario, advierten los médicos, la luchaseguirá en 2023. *Corresponsal en la República Dominicana.
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