El siniestro, que comenzó el jueves, dejó un saldo de dos personas fallecidas, 67 lesionadas, 270 viviendas destruidas y 111 hectáreas devoradas por las llamas, reportó la Onemi.
Durante la emergencia, 201 personas recibieron atención de salud, de las cuales solo una permanece hospitalizada por quemaduras en 30 por ciento del cuerpo.
“El incendio se encuentra controlado, no extinguido, porque todavía hay puntos calientes en las quebradas”, precisó el jefe de la Defensa Nacional por el Estado de Catástrofe, René Rojas.
Las autoridades mantienen el estado de emergencia para evitar posibles rebrotes y poder contar con los recursos necesarios para la atención a las víctimas.
En estos momentos se trabaja en la recogida de escombros y la rehabilitación de las zonas afectadas, en temas básicos como agua, baños y luminosidad.
Para el lunes está previsto el despliegue allí de equipos del Ministerio de Vivienda y Urbanismo a fin de hacer el catastro de las viviendas y familias damnificadas.
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