Un sondeo del Instituto Kantor destacó que apenas un 29 por ciento de los entrevistados se mostró optimista y el resto evitó contestar.
Además, el 65 por ciento rechazó el nombramiento de Aryeh Deri, dirigente del partido ultraortodoxo Shas, como ministro en el nuevo gabinete.
Deri abandonó la Knesset (Parlamento) en enero como parte de un acuerdo de culpabilidad por delitos fiscales, aunque ahora retornó al hemiciclo en los comicios celebrados a principios de noviembre.
El político, además, cumplió 22 meses de prisión de 2000 a 2002 por aceptar sobornos mientras se desempeñaba como Ministro del Interior.
Una encuesta de las firmas Manu Geva Sample Institute e Ipanel destacó ayer que el 51 por ciento de los israelíes está insatisfecho con los nombramientos para integrar el Ejecutivo.
En el centro de la polémica están también los diputados ultraderechistas Bezalel Smotrich e Itamar Ben Gvir, quienes tienen posiciones abiertamente racistas y antiárabes.
Acusado más de 50 veces y condenado ocho por disturbios, vandalismo e incitación al racismo, este último cuenta con una larga lista de acciones provocativas contra los palestinos.
Nombrar a Ben Gvir como ministro de Seguridad Interior es como escoger a David Duke, dirigente histórico del grupo racista Ku Klux Klan como Fiscal General de Estados Unidos, advirtió recientemente el rabino Rick Jacobs.
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