La adopción de nuevas medidas fiscales es otro tema que podría estar presente con el cambio de año, apuntó Corrales en una entrevista con el programa radial 7 Días Radio, y precisó que en este caso, las presiones están dadas por la renegociación del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que tiene un plazo de tres años.
Costa Rica firmó un acuerdo de tres años para obtener mil 800 millones de dólares de financiamiento, ese crédito está condicionado al cumplimiento de medidas cualitativas, donde salimos bien evaluados.
Pero, apuntó, también al cumplimiento de medidas cuantitativas, y es aquí donde el FMI quiere ver que el país cumpla sus compromisos.
Al respecto mencionó proyectos de ley presentes en la Asamblea Legislativa como la discusión por la renta global, la posible venta de activos como el Banco de Costa Rica (BCR) y el 49 por ciento del Instituto Nacional de Seguros (INS); así como la reestructuración del Estado.
Otro asunto expuesto por Corrales es el comportamiento del tipo de cambio del dólar en relación con la moneda nacional, el colón, como uno de los temas que podrían acaparar la atención el próximo año.
Refirió sobre ello que desde julio están sobrando casi 400 millones de dólares y esto viene en un comportamiento crecimiento: para noviembre fue de casi 460 millones.
Aunque la apreciación acelerada del colón en los últimos dos meses la atribuye en parte al mayor dinamismo del turismo y la inversión extranjera, el economista consideró que eso no explica la magnitud en que se está dando la depreciación de la moneda estadounidense.
«Ahí uno se pregunta, ¿será que aquí mucho dinero que viene de fuentes dudosas? Ese es un tema al que debemos entrarle», estimó Corrales.
Para el economista el problema de Costa Rica el próximo año se concentra en tres ritmos de crecimiento: las zonas francas, que se anticipa sean muy dinámicas; el sector público, para el cual se proyecta una relativa estabilidad; y los sectores anclados al mercado local, que prácticamente no crecerán.
Esto hará -indicó- que para 2023 las presiones inflacionarias, que ya han empezado a controlarse en el país, dejen de ser el principal problema; en su lugar, el desempleo podría ganar protagonismo y el empleo se concentraría sobre todo en la mano de obra no calificada y en zonas rurales.
«Si a este paciente (la economía) no se le pone un plan de incentivos para 2023 que reactive a los sectores más dinámicos: por ejemplo, la construcción o el agro, puede que nos surja otro cáncer, conocido como: desempleo», subrayó Corrales.
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