Durante una entrevista con el Canal 12, el funcionario, que abandonará el cargo en los próximos días, llamó al Ejército y a los cuerpos de seguridad israelí a prepararse para una mayor confrontación.
“La existencia de un gobierno tan extremista contribuirá a una mayor exacerbación de la situación de seguridad”, subrayó.
Creo que si el próximo Ejecutivo se comporta de manera irresponsable, provocará una escalada, recalcó.
El retorno al poder de Benjamin Netanyahu, quien ya gobernó a esta nación durante 15 años, y sus socios de ultraderecha genera preocupación en Oriente Medio y en amplios sectores de la sociedad israelí.
Considerado un halcón, Netanyahu tiene entre sus aliados de coalición a políticos abiertamente racistas y antiárabes como Itamar Ben Gvir y Bezalel Smotrich.
La excanciller israelí Tzipi Livni afirmó días atrás que el próximo gobierno destruirá la democracia en el país.
El diario The Jerusalem Post reveló este mes que más de 330 rabinos estadounidenses boicotearán a Netanyahu y a sus socios.
En una carta abierta, los firmantes señalaron que no invitarán a los miembros del bloque ultraderechista “a hablar en nuestras congregaciones y organizaciones”.
El tono intransigente de la carta y la amplitud de los firmantes es una señal de una crisis en las relaciones entre Israel y la comunidad judía estadounidense provocada por la llegada de los extremistas al poder, alertó el periódico.
Mientras, la prensa nacional casi a diario revela los pactos secretos de la coalición de extrema derecha que incluye planes para intensificar la anexión de Cisjordania y un proyecto para permitir al Parlamento anular las decisiones del Tribunal Supremo.
Hace dos días, The Jerusalem Post señaló que Netanyahu apoyó la cancelación de una ley que prohíbe a los racistas formar parte del legislativo, tras una propuesta del partido Poder Judío, encabezado por Ben Gvir.
Según una encuesta del Instituto Kantor, 42 por ciento de los israelíes se mostró pesimista sobre el futuro del país ante la llegada de la nueva administración.
El sondeo destacó que apenas un 29 por ciento de los entrevistados se mostró optimista y el resto evitó contestar.
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