Por Yodeni Masó Águila
Corresponsal en Líbano
Injerencia externa, ausencia de consenso entre los bloques parlamentarios y un gobierno interino de limitados poderes ejemplifican la realidad de la nación levantina, que intenta designar al jefe de Estado número 14 después de la independencia.
Diez sesiones fracasadas en el legislativo y la negativa al diálogo de algunos partidos obstaculizan el nombramiento del nuevo representante de la comunidad cristiana maronita en ocupar la presidencia de la República para los siguientes seis años.
En este escenario, la materialización del acuerdo de demarcación de la frontera marítima con Israel aportó una dosis de optimismo en el camino de la recuperación, ante la devaluación de la moneda nacional y la pérdida del poder adquisitivo de los ciudadanos.
AÑO ELECTORAL
Líbano eligió el pasado 15 de mayo los 128 miembros del Parlamento, dividido aquí a partes iguales entre cristianos y musulmanes. Dos semanas después, el diputado Nabih Berri recibió el respaldo de la mayoría legislativa para su reelección como titular del órgano, en su séptimo mandato ininterrumpido desde 1992.
Concluido el proceso de organización interna de la institución y amparado en la Constitución, el mandatario Michel Aoun llamó al Palacio de Baabda a los representantes de la unicameral legislatura para nombrar al nuevo primer ministro.
De estas consultas efectuadas el 23 de junio salió reelecto Najib Miqati, quien no pudo formar el gabinete y hasta la próxima elección del presidente laborará de manera interina con limitados poderes constitucionales.
VACÍO DE PODER
Luego de seis años, Michel Aoun concluyó el 31 de octubre su mandato al frente del Estado y la nación de los cedros enfrenta el cuarto vacío constitucional después de la independencia.
Tras 10 sesiones parlamentarias, ningún candidato logró la mayoría requerida de 65 votos y el tablero político mantiene en el juego los nombres de Michel Moawad y Suleiman Franjieh como los principales candidatos a la presidencia.
De acuerdo con analistas, las posiciones del jefe de la Corriente Patriótica Libre, Gebran Bassil, retrasan el nombramiento del líder del Movimiento Marada, Franjieh; mientras, otro grupo de partidos insisten en proceder con el representante Moawad, a quien sus detractores consideran una figura desafiante.
Según observadores locales, el dúo chiita de Hizbulah y Movimiento Amal, junto a una gran proporción de diputados sunitas e independientes, respaldan a Franjieh; en tanto, Fuerzas Libanesas, el Partido Progresista, el Kataeb y otros apoyan a Moawad.
Desde el extranjero, el Consejo de Seguridad de la ONU y la Liga Árabe enfatizaron en la urgencia de elegir sin demora al nuevo mandatario; Francia, Estados Unidos, Arabia Saudita y Qatar mueven fichas en la escena libanesa como tradicionales influyentes, precisaron los expertos.
DEMARCACIÓN MARÍTIMA
El pasado 27 de octubre, Líbano e Israel entregaron por separado al mediador estadounidense, Amos Hochstein, y a la representante de las Naciones Unidas aquí, Joanna Wronecka, el documento de entendimiento relacionado con la demarcación de la frontera marítima, tras más de dos años de conversaciones indirectas.
Bajo la sombra y el interés de un grupo de potencias, Líbano conquistó una victoria histórica en la disputa frente a Tel Aviv, que convertirá a la nación en un Estado petrolero dentro de la región del Mediterráneo, aseguraron sus principales líderes políticos.
Por primera vez, la posición unificada de las máximas autoridades del Estado, Gobierno y el Parlamento, junto al equipo técnico y la opción de poder de la Resistencia islámica, coincidieron para preservar los derechos de Líbano a sus recursos naturales.
La nación de los cedros no cedió ante las presiones de Israel en ningún momento, al abordar las conversaciones indirectas por la vía de delimitar zonas económicas y no límites fronterizos entre los dos países.
En este sentido, Líbano obtuvo todos los derechos a trabajar en el campo de Qana sin esperar una aprobación o pretexto previo de la entidad enemiga, ni compartir riqueza, ni pagar indemnización a Tel Aviv.
Ante este panorama, la empresa francesa TotalEnergies confirmó la movilización de los equipos responsables de las operaciones de perforación en las aguas de Líbano para comenzar la exploración petrolera en 2023.
Para fines de marzo, alrededor de 20 empleados estarán en Beirut y en el primer trimestre de 2023 ya estará seleccionada la plataforma de perforación, informó la compañía en un comunicado.
TotalEnergies puntualizó la solicitud de pedidos anticipados a proveedores para el equipo requerido y en paralelo inició la ubicación de recursos en alta mar con vistas a contribuir a los estudios ambientales que finalizarán a fines de junio entrante.
REALIDAD SOCIAL
En el año por concluir, el colapso arrastró a alrededor del 70 por ciento de las familias a buscar ayuda para sobrevivir ante la reducción del poder adquisitivo, el alto costo de la vida y la devaluación sin precedente de la moneda nacional, al tocar el umbral de 46 mil libras libanesas por dólar estadounidense. A nivel social, la presencia del cólera por primera vez desde 1993 tensó a un sistema de salud agotado por la pandemia de la Covid-19 y el impacto de la crisis.
La pérdida de vidas en el mar mostró el fenómeno de la inmigración por vías irregulares; en tanto, la huelga de los empleados públicos y el asalto a los bancos para reclamar sus fondos evidenciaron el descontento popular.
Fuera del panorama desolador, el rescate de festivales y ferias culturales, el triunfo de la compañía danzaria Mayyas en el evento America’s Got Talent y la clasificación del baloncesto masculino a la Copa del Mundo de 2023 aportaron alguna alegría.
Debido a la falta de entendimiento político, Líbano arrancará el venidero año con el reto de elegir al próximo presidente de la República como la base constitucional del Estado para impulsar la recuperación económica y financiera.
arb/yma