Los seguidores rojiazules no tuvieron que esperar para ver en acción a dos de las tres puntas del tridente galáctico, aunque el francés subcampeón del mundo y el brasileño tuvieron actuaciones opuestas, el primero en el papel de héroe salvador y el segundo en el de casi villano, al hacerse expulsar en el minuto 62.
Mbappé provocó y convirtió un penalti ya en tiempo de reposición frente al Strasbourg, cuando la pizarra en el parisino Parque de los Príncipes marcaba 1-1 y los locales jugaban con un futbolista menos en la jornada 16, por las dos amarillas recibidas por Ney en apenas dos minutos.
Una buena noticia para el PSG, sus aficionados y el entrenador Christopher Galtier, quien insiste en que no hay problemas de vestuario, es que mientras estuvieron en la cancha juntas, ambas estrellas se asociaron bien.
El nativo de Bondy y 24 años recién cumplidos terminó feliz por la victoria capitalina, que consolidó al club en la cima de la Ligue1 y lo apuntaló como líder goleador del torneo con 13, dos por delante del brasileño de 30 años, temperamento volátil y poseedor del negativo récord de expulsiones (cinco) en el último lustro del máximo nivel galo.
Neymar abandonó el estadio después de la expulsión, seguramente frustrado –tal vez aún molesto por la temprana y sorpresiva eliminación de Brasil en Qatar-2023- en una actitud ante la cual Galtier no quiso hacer leña del árbol caído y apoyo al hábil futbolista.
Puedo comprender su frustración, él simuló y era amarilla, pero sufrió muchas faltas y algunas no fueron pequeñas; Strasbourg es un equipo que juega bien, pero sus excesos no recibieron ni la severidad y ni las sanciones que merecían, opinó el técnico después del partido de anoche.
También Mbappé accedió a conversar con la prensa en la zona mixta, evocando la derrota de Les Bleus en la final mundialista contra Argentina, duelo en el que anotó un hat-trick para encabezar con ocho a los goleadores del certamen.
Han sido horas complicadas, pero hace bien regresar con una victoria y apreciar el vínculo con los aficionados, el club y los compañeros, retornar ganadores mejora un poco las cosas, expuso.
De igual manera, ratificó su intención de conseguir con el PSG “todos los trofeos para la capital” y descartó criticar los festejos –algunos polémicos- de los argentinos tras su triunfo en el mundial, alegando que “ese no es mi problema”.
Mientras esto sucedía en la Ciudad de la Luz, el astro Messi seguía en Argentina, donde no cesan de festejar la conquista de la tercera estrella.
Leo tiene su regreso previsto a París para el 2 o el 3 de enero, sin que de momento esté claro si el atacante exBarcelona debutará con los rojiazules el 11 de enero frente a Angers en la jornada 18 de la Ligue1 o el 6 de enero en los treintaidosavos de final de la Copa de Francia contra el Châteauroux de la tercera división.
Tan alentadoras como la asociación Mbappé-Neymar de la víspera fueron las palabras de Kylian sobre Messi, para un club con medio siglo de existencia que busca rendir por primera vez a Europa a sus pies, objetivo que pasa por alcanzar la hasta ahora esquiva corona en la Liga de Campeones de la UEFA.
“Esperamos por el retorno de Leo para que recomience a ganar partidos y marcar goles”, manifestó el francés.
Con Messi súper motivado por su actuación mundialista, Mbappé encumbrado y Neymar empeñado en demostrar que no es menos, el PSG cuenta con posibilidades reales de lograr una temporada perfecta, en la cual se mantiene invicto.
mem/wmr
