De acuerdo con el canal de televisión Mega TV, el escándalo, por el cual fue arrestada la vicepresidenta del órgano legislativo, Eva Kaili, de la bancada socialdemócrata, junto a otras seis personas, podría salpicar hasta a 60 eurodiputados en la medida que avance la pesquisa.
En su mayoría, los implicados pertenecen al grupo socialdemócrata y al conservador, acusados de aceptar supuestos sobornos por parte de Qatar para influir positivamente en la Eurocámara sobre opiniones de ese país árabe.
Sin embargo, el canciller federal alemán, Olaf Scholz, llamó a evitar una vinculación del caso de corrupción, en el cual ya se requisaron al menos 1,2 millones de euros de las relaciones de la Unión Europea (UE) con Qatar en general.
En la prensa belga los politólogos también se refieren a los motivos que pudieron dar pie el mencionado hecho en las estructuras comunitarias. Así, se habla, por ejemplo, de que el PE carece de un aparato específico para vigilar estos delitos, aunque ofrece sermones de lucha contra ese flagelo a países como Hungría, al cual privó por esa causa de unos 13 mil millones de euros de un programa de apoyo pos-Covid-19.
De igual forma, sus miembros pueden ser, al mismo tiempo, eurodiputados y consultores privados, mientras que los funcionarios de la Comisión Europea, al término de su mandato, pueden trabajar en empresas de esferas investigadas antes por ellos.
Tampoco existen reglas para informar sobre las citas de los parlamentarios con representantes de otras naciones.
Quizás por ello, en un intento por lavar su imagen, la Eurocámara acordó medidas organizativas como la prohibición de las donaciones de terceros países a eurodiputados y partidos políticos.
Además, se creó una comisión de investigación para indagar sobre casos de corrupción por terceros Estados y otra de carácter especial sobre transparencia, mientras que los miembros del órgano legislativo deberán presentar una declaración de bienes al inicio y fin del mandato.
Según el diario Le Soir, la trama involucra al asistente Francesco Giorgi, compañero sentimental de Kaili, a quien se le retiró la inmunidad parlamentaria.
El también jefe de la organización no gubernamental No Peace Without Justice confesó su culpa, después de más de una decena de operaciones de la Policía tanto en Francia como en Grecia, y habló de cómo llevó por años el control del dinero del soborno.
El escándalo por corrupción parece plantear un desafío al PE, cuya reputación como modelo de democracia y transparencia de la UE queda esta vez en entredicho, cuando aún faltan aristas por aclarar de esta nuevo capítulo de sobornos y tráfico de influencias.
(Tomado de Orbe)