Mediante una investigación, la red informativa puntualizó que la ocupación israelí atacó con municiones, sembró minas y bombardeó el sur libanés a fin de establecer una zona de amortiguamiento desprovista de población al desplazar a la mayoría de las familias trabajadoras de la franja agrícola.
Después de la retirada de las fuerzas de Tel Aviv de las zonas del sur y la Bekaa occidental en 2000 el problema fue más evidente, con la presencia de cientos de miles de minas y municiones sin detonar en el suelo que impidió la construcción, el desarrollo y el retorno a la vida.
En 2006, alrededor de 94 kilómetros cuadrados de huertos de cítricos y plátanos, 74 de tierras agrícolas y 35 de pastizales fueron inmediatamente contaminados por estas municiones, sin contar las áreas de pastoreo.
Pese a la negativa de Israel a entregar mapas a asociaciones y organizaciones internacionales, el país realizó esfuerzos intensivos para despejar minas y limpiar más del 80 por ciento de la tierra total en el período reciente.
La agricultura en Líbano todavía está descuidada y marginada, a pesar de la necesidad nacional de este sector vital para construir una economía sólida y estructural a largo plazo, acotó el texto.
En los últimos años, la presencia de centros de investigación y desarrollo agrícola para capacitar a los trabajadores en métodos modernos y cómo estudiar la naturaleza del suelo, así como alentar a los jóvenes constituyen soluciones del país en el camino de la soberanía alimentaria.
Líbano despidió el pasado año con cerca de 2,2 millones de personas necesitadas de apoyo urgente para asegurar el acceso a alimentos y otros productos básicos, un aumento del 46 por ciento en comparación con 2021.
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