El Consejo Consultivo advirtió del peligro que suponen el desarrollo de asentamientos para el proceso de paz y la solución de los dos Estados.
Sentenció que las prácticas israelíes constituyen una clara violación de los derechos del pueblo palestino y de las leyes y resoluciones internacionales relacionadas con el estatus de la ciudad de Jerusalén.
El jueves pasado, el gobierno de coalición de extrema derecha del primer ministro Benjamin Netanyahu juró su cargo en medio del temor regional e internacional a una escalada de los planes de expansión de los asentamientos declarados ilegales en el derecho internacional.
A pesar de ello, en vísperas de presentar su nuevo gobierno ante la Knesset, Netanyahu prometió reforzar esa política en la Cisjordania ocupada y reconocer los Altos del Golán sirios, ocupados por Israel, como zona estratégica.
Qatar condenó esos planes y patentizó su apoyo al pueblo palestino para que establezca su Estado independiente en las fronteras de 1967 con Jerusalén Este como capital.
Esta semana varias naciones árabes se han pronunciado contra la visita del ministro israelí Itamar Ben Gvir a la Mezquita Al-Aqsa, al considerarla una profanación de un lugar sagrado para los musulmanes.
Conocido por sus posiciones racistas y antiárabes, Ben Gvir desató la ira de los palestinos al recorrer junto a algunos colonos ultranacionalistas ese sitio sagrado del Islam, en la ciudad vieja, en la parte oriental de la metrópoli, ocupada por el ejército de Israel durante la guerra de 1967.
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