Temas logísticos, de transparencia y sobre todo de confiabilidad, encabezan la lista de pendientes a resolver por el máximo órgano, luego de cuestionamientos en las últimas semanas por procesos de compra opacos y el desgaste de sus magistrados sin empezar la contienda.
Señalamientos sobre algunos miembros pesan aún, como el caso de Rafael Rojas, expresidente del TSE y exmagistrado de la Corte Suprema de Justicia, quien enfrentó denuncias por su aparente vinculación con los casos de corrupción Fénix y Comisiones Paralelas 2020.
A ello se suma la tarea mayor, coordinar y celebrar comicios generales, los cuales incluyen elegir al Presidente y Vicepresidente, así como a corporaciones municipales y diputados al Congreso y al Parlamento Centroamericano con una diversidad de 29 partidos inscritos hasta la fecha y unos 30 Comités en espera de confirmación.
Y si bien uno o dos más podrán sumarse definitivamente en los próximos días, la cifra final llegaría a 30, dos más que en 2019, lo cual complica muchísimo la tarea no solo para las autoridades del TSE en cuanto a logística, sino también para la ciudadanía por la fragmentación del voto que presupone desde ya una segunda vuelta.
Actualmente el órgano electoral lo lidera Irma Palencia y, según analistas, tendrá en sus manos lograr que la población confíe en su trabajo y en los futuros resultados.
Para Francisco Quezada, del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales, la actual magistratura debe contemplar las repercusiones de todos estos desafíos, pero si no hay una vuelta del timón brusca van a entrar a las elecciones con esos fantasmas, aseguró.
Y Quezada se refiere a los rumores desde ya de un posible fraude hasta la selectividad a la hora de inscribir a los futuros binomios presidenciales, lo cual podría despertar temores jamás expuestos en la era democrática del país.
Otro punto en contra del TSE, apunta a la falta de certeza y confianza que dejan desde ya en los guatemaltecos por dejar espacios a dudas e incertidumbre como el reciente proceso de licitaciones para adquirir tecnología biométrica.
Socializar más sus proyectos y planes para las elecciones, establecer condiciones de igualdad ante la ley para los candidatos y partidos políticos y aprovechar la experiencia de las Juntas Electorales, son factores clave para revertir la opinión actual, a juicio de María José López, de Guatemala Visible.
Por lo pronto, Palencia reconoció que afinan hasta el más mínimo detalle el plan electoral con el fin de construir día a día la confianza y combatir la desinformación.
Más de ocho millones de guatemaltecos están empadronados, una meta inferior a la propuesta, sin contar a los connacionales en otros países, residentes legales o ilegales, cuyo registro sigue siendo un dolor de cabeza y motivo de críticas por parte de organizaciones de apoyo a los migrantes.
Nuevamente en junio, el TSE empleará la Ley Electoral y de Partidos Políticos, reformada en 2015, pero insuficiente.
Ante tantos retos, está muy claro que las certezas deberán superar las dudas a partir del 20 de enero, cuando se haga oficial la convocatoria a las urnas y comience la inscripción de los binomios presidenciales y de los aspirantes a los demás cargos públicos.
Eso, si la intención es llevar a buen puerto las elecciones del 25 de junio.
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