Mao Ning, vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores, dijo que Beijing mantiene los contactos desde el inicio de la pandemia, los tres últimos tuvieron lugar entre diciembre pasado y principios de este enero, y además comparte la información sanitaria en la plataforma global Gisaid.
Según precisó, representantes del país este jueves actualizarán a los expertos de la OMS respecto a la evolución de la enfermedad aquí y enfatizó en que el rebrote actual es controlable.
Reiteró las críticas a la decisión de muchas naciones de imponer controles a pasajeros procedentes del gigante asiático y llamó a unir fuerzas para dejar atrás la pandemia de una vez y por todas.
La funcionaria también recalcó que cualquier medida debe tener fundamento científico, no debe usarse para la manipulación política, ser discriminatoria ni afectar el movimiento normal de personas.
Mao comentó así sobre la petición de la OMS a China de suministrar datos más detallados y precisos acerca del panorama epidemiológico y la inquietud por los limitados criterios para clasificar las muertes por Covid-19.
A partir del 8 de enero el estado oriental eliminará las medidas sanitarias a los viajeros internacionales, normalizará la emisión de pasaportes y concesión de visas.
Pero varias naciones decidieron imponer controles y exigir pruebas PCR a pasajeros procedentes del gigante asiático, alegando preocupaciones por un posible rebrote en sus territorios.
China sigue bajo el asedio del rebrote más fuerte de la enfermedad desde 2020 en Wuhan, con saldo de millones de contagiados a diario, un aumento de los muertos y una sobresaturación de los servicios en hospitales, funerarias y crematorios.
Al mismo tiempo, a la población le preocupa la detección en Shanghái de la subariante XBB de la Ómicron porque es responsable del alza de casos en Estados Unidos y Europa.
No obstante, expertos aseguraron que China no vivirá en el corto plazo una oleada provocada por esas cepas y reiteraron que actualmente circulan aquí las BA.5.2 y BF.7.
El Gobierno sigue con el foco puesto en reforzar la disponibilidad de medicamentos y equipos en los hospitales para tratar el incremento de pacientes en estado crítico, sobre todo en las zonas rurales.
Además, negocia con las farmacéuticas una reducción en el precio de un centenar de productos, está en ofensiva contra las ilegalidades y busca cubrir el déficit de doctores y enfermeras, ante el crecimiento de infectados entre el personal de salud.
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