Según la revista JAMA Network Open, el estudio sobre el arte de procrastinar o esperar hasta el último minuto para completar una actividad fue realizado en universidades de Suecia.
Aunque estudios anteriores plantean que los procrastinadores experimentados controlan mejor su tiempo, esta investigación afirma lo contrario.
Los científicos consideraron “la procrastinación como una forma de fracaso autorregulador vinculado a rasgos de personalidad como la impulsividad, la distracción y la baja concienciación, e incluso tiene capacidad para influir en el éxito académico”.
Explicaron que los estudiantes tienen altos niveles de libertad y poca estructura, lo que impone altas exigencias a su capacidad de autorregulación, pero estas pueden crear un efecto negativo de manera progresiva.
Los expertos descubrieron que existían vínculos entre la procrastinación y una mala salud mental, física y financiera, e instaron a los estudiantes a dejar de dar largas a sus tareas escolares.
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