Wang Wenbin, vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores, dijo que su país sigue de cerca la situación desatada este 8 de enero y se opone con firmeza a los hechos contra la autoridad legítimamente elegida por el pueblo.
Manifestó pleno respaldo a las disposiciones en marcha del Ejecutivo para garantizar la calma y la estabilidad en el país, tras confiar en el liderazgo del presidente Luiz Inácio Lula da Silva para consolidar la armonía nacional.
Igualmente, Wang ratificó que el gigante suramericano es un socio estratégico de China y mantienen buenas relaciones.
De esa manera la nación asiática se suma a otros países, personalidades y organizaciones del mundo que fustigan los acontecimientos protagonizados este domingo por cientos de extremistas partidarios del exmandatario Jair Bolsonaro.
Esos individuos asaltaron el Palacio del Planalto, sede del Ejecutivo brasileño; así como los locales del Tribunal Supremo Popular y del Congreso, una acción calificada como terrorista y parte de una intentona golpista en el territorio sudamericano.
Pocas horas después de esos hechos las autoridades lograron retomar el control de la situación y hasta el momento, según diversas fuentes, fueron arrestadas unas 300 personas vinculadas con los actos vandálicos, mientras continúan las investigaciones.
El presidente Lula expresó que “quienquiera que haya hecho esto será encontrado y castigado. La democracia garantiza el derecho a la libre expresión, pero también exige que se respeten las instituciones. No hay precedentes en la historia del país de lo que han hecho hoy. Por eso deben ser castigados”.
“Averiguaremos quiénes son los financiadores de los que han ido hoy a Brasilia, y todos pagarán con la fuerza de la ley», añadió el gobernante.
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