Con esa cifras divulgadas en la prensa local, la llamada Zona 8, que incluye los municipios de Guayaquil, Durán y Samborondón, de la provincia de Guayas, se mantiene como la más insegura del país.
Este sábado en Guayaquil hubo 16 crímenes en distintos sectores de la ciudad, incluido un asesinato múltiple de cuatro personas.
Ecuador cerró 2022 con una tasa de más de 25 muertes violentas por cada 100 mil habitantes, la mayor de las últimas décadas, según datos oficiales.
Las provincias con más homicidios son Guayas, Esmeraldas, y Santo Domingo de los Tsáchilas, los tres territorios donde el Gobierno decretó estado de excepción durante más de un mes para frenar la ola de violencia.
De acuerdo con el ministro del Interior, Juan Zapata, 83 por ciento de las muertes intencionales están relacionadas con el narcotráfico y las luchas de poder entre los grupos de delincuencia organizada.
A fines del año pasado, el secretario de Seguridad Pública, Diego Ordóñez, comentó que el alza de los asesinatos es resultado de la “acción eficiente” del Estado con los constantes decomisos de drogas.
Esa opinión contrasta con la de expertos y la ciudadanía, quienes exigen al Gobierno implementar políticas públicas integrales.
Justamente, la seguridad fue uno de los temas principales tratados anoche durante los debates electorales entre candidatos a prefectos, y los que algunos no propusieron nada concreto, otros sugirieron incrementar el número de policías y los más atinados se inclinaron por fomentar la educación y el empleo.
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