La ceremonia se realizó en el Palacio de Planalto, sede aquí del Poder Ejecutivo, después de ser pospuesta en razón de los actos terroristas del domingo.
El edificio fue uno de los destruidos por adeptos radicales del exmandatario Jair Bolsonaro.
Además del baluarte gubernamental, los terroristas depredaron el Congreso Nacional y el Supremo Tribunal Federal.
En un gesto simbólico, antes del inicio de la solemnidad, el Himno Nacional fue ejecutado en portugués y en indígena. También hubo una presentación de batuque, por el grupo Afoxé Ogum Pá.
«Nuestra posesión aquí hoy, mía y de Anielle Franco, es el más legítimo símbolo de esa resistencia secular negra e indígena en Brasil», afirmó Guajajara luego de asumir el cargo.
Señaló que «nos enfrentamos a una crisis humanitaria. Por eso, la creación del Ministerio de los Pueblos Indígenas señala para el mundo el compromiso del Estado brasileño con la emergencia y justicia climática».
Además de inclusión, indicó, «reconocimiento e inicio de la reparación histórica, la invisibilidad y la negación de derechos».
Denunció que la «invisibilidad secular que impacta e impactó directamente en las políticas públicas del Estado es fruto del racismo, de la desigualdad y de una democracia de baja representatividad».
Recordó que las comunidades originarias están en «las ciudades, en las aldeas, en los bosques, ejerciendo los más diversos oficios que ustedes puedan imaginar. Vivimos en el mismo tiempo y espacio que cualquiera de ustedes, somos contemporáneos de este presente y vamos a construir el Brasil del futuro, porque el futuro del planeta es ancestral», remarcó.
Por su parte, Franco, hermana de la consejala Marielle Franco, asesinada hace cuatro años en una céntrica zona de Río de Janeiro, alertó que «el fascismo, al igual que el racismo, es un mal a combatir en nuestra sociedad».
Apuntó que, «desde el 14 de marzo de 2018, día en que sacaron a Marielle de mi familia y de la sociedad brasileña, he dedicado cada minuto de mi vida a luchar por la justicia, defender la memoria, multiplicar el legado y regar las semillas de mi hermana», defensora de los derechos humanos.
Llamó a no ignorar o subestimar el hecho de que la raza y la etnia son determinantes para la desigualdad de oportunidades en Brasil en todos los ámbitos de la vida.
Alertó en que «personas negras están subrepresentadas en los espacios de poder y, en cambio, somos las que más estamos en los espacios de estigmatización y vulnerabilidad».
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