“Estamos muy satisfechos porque por ahora ya se dio la presentación mundial por televisión con una gran respuesta, pues mucha gente nos hizo llegar su felicitación y fue muy favorable la crítica de muchos medios de comunicación”, aseguró el director en declaraciones a Prensa Latina.
Pistelli dijo que representa un honor que su ópera prima como director se presente a escala planetaria en una sala tan prestigiosa como la Fundación Cinemateca de Bolivia, gracias a que su directora, Mela Márquez, al ver las dos partes de 80 minutos cada una de la cinta quedó muy contenta con su calidad.
Comentó que la obra solo se exhibió hasta ahora en festivales en Estados Unidos, India, Venezuela, Rusia y otros países de Europa, siempre con buena aceptación, y la Cinemateca programó la primera parte para este jueves y la segunda para el viernes.
“Mi idea es que el público de los países de América Latina pueda verlo, en particular los que más relación tienen con el tema, en primer lugar Cuba, de donde, por cierto, recibí una linda respuesta, pues lo colocamos en las redes para que los hijos de los guerrilleros entrevistados pudieran verlo”, informó.
“Mi sueño ahora es exhibirlo en Cuba, en especial para que lo vean los hijos de los guerrilleros que lucharon en Bolivia junto al comandante Ernesto Che Guevara”, enfatizó Pistelli.
Sobre el filme, describió que está estructurado en dos partes, la primera bajo el título de Hijos de la Revolución y la segunda con el de Ser revolucionario.
Descendiente de un partisano comunista que luchó contra el fascismo de Benito Mussolini, el realizador agregó que la parte inicial tiene un punto de vista más relacionado con el aspecto humano, familiar, con entrevistas a los hijos de los guerrilleros que murieron en Bolivia luchando junto al Che.
Señaló que ellos vivieron y crecieron sin la presencia de la figura paterna, factor que puede significar un trauma sobre el que reflexionan con mucha ternura y humanismo.
“Esta primera parte se complementa con el punto de vista de sobrevivientes como Harry Villegas (Pombo) y Leonardo Tamayo (Urbano) -agregó Pistelli-, así como diarios de los combatientes, entre ellos, el del propio Pombo y el de Alberto Fernández Montes de Oca (Pacho), caído en combate.
“Hablan mucho en esos documentos íntimos acerca de la añoranza por sus niños, lo cual aporta mucha ternura y emoción a la historia”, agregó el cineasta.
Mientras la primera parte está enfocada en esta problemática, en Ser revolucionario el énfasis está en lo que ocurrió en los últimos días en la Quebrada del Churo.
“Resulta conmovedora la tristeza por la caída del comandante Che Guevara y la odisea en la salida del lugar con tres cercos de miles de soldados en que se vieron los seis que quedaron inicialmente, y después cuando solo sobrevivieron cinco”, refirió Pistelli acerca de todas las entrevistas originales e inéditas hasta el presente.
Al respecto, agradeció el apoyo del Canal Educativo de la Televisión Cubana y del proyecto Imagen Propia de Bolivia, participantes en la producción junto a PLP, de Italia.
Reconoció el cineasta también el apoyo en el país altiplánico de la videoteca Barbarroja, consagrada a la promoción del cine latinoamericano en Bolivia desde hace 22 años bajo la dirección de Jorge Barrón, en la organización del estreno de esta obra cuya realización demoró 10 años y fue concluida en 2018.
Según el ingeniero electrónico, posteriormente egresado de cine en 2003 y profesor de edición en Bolonia, el final de la película es una indagación de qué significa ser revolucionario en el sentido ético y actual desde una perspectiva guevarista.
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