En realidad, la cara principal no cambia, Shirley Rivera repite al frente del Legislativo para garantizar por cuarto año la hegemonía del partido en el poder, Vamos, y a su lado estarán tres diputados de la misma agrupación, además de otros cinco de sus aliados hasta ahora.
La planilla propuesta por Boris España el 18 de octubre de 2022 consiguió sin mucho trabajo los votos necesarios (101 de 160 posibles), pues la elección se agendó cuando todo estaba «cocinado» a favor del oficialismo como otras muchas iniciativas de leyes que colaron en el transcurso del año.
Pero la llegada de Rivera a la directiva tuvo varias razones, en particular, dar un giro a la pésima imagen de su antecesor, Allan Rodríguez, quien atravesaba una racha de críticas de bancadas opositoras y hasta cercanas a Vamos por su marcada gestión dictatorial.
En el plano social también creció su rechazo, más después de la aprobación exprés del Presupuesto 2021, lo cual generó manifestaciones masivas, disturbios y hasta la quema de oficinas del Legislativo.
Era necesario refrescar cara; entró en escena una mujer, la tercera en presidir este alto organismo de Estado, y no importó sacrificar a Rodríguez porque en el fondo sería más de lo mismo pese al maquillaje.
Si nos quedamos a simple vista con el balance preliminar de la legislatura de Rivera, pareciera muy productiva con 55 Decretos aprobados. De ellos, 28 en total como ponente, desde su estreno primero como diputada, en comparación con los 54 de la anterior Junta Directiva en dos años.
Fríamente, muestra con cifras mayor eficiencia, aunque también enfrentó momentos convulsos cuando el pleno se tuvo que retractar de la aprobación de la polémica Ley para la Protección de la Vida y la Familia, justo el 8 de marzo, con artículos muy regresores. No obstante, no generó tanto malestar social como su antecesor.
Su rol ahora, en un año electoral, será aún más importante, pues muchos intereses están en juego para el partido Vamos y su deseo expreso de mantenerse en el poder.
Visto el panorama, la pregunta que sigue en el tintero es cuán capaz será Rivera de no perder a viejos seguidores y hasta sumar otros, porque las bancadas opositoras de izquierda o más progresistas ya están bien definidas.
De parte de los aliados sólidos, el jefe de bloque del Partido de Avanzada Nacional y ahora aspirante a la Presidencia por Vamos, Manuel Conde, asegura que la supervivencia radicó en el diálogo abierto y franco, el cual deberá continuar.
Estar a las puertas de unos comicios (25 de junio) es de por sí un escenario complejo para cualquier Congreso, pero Conde considera que «hay madurez política para cumplir con una buena legislatura y con el principio del bien nacional».
De palabra, también integrantes de Vamos coinciden en que será un año de reactivación (macro)económica (eslogan del Gobierno de Alejandro Giammattei) por encima de las actividades propias de los candidatos que correrán a exhibirse ante sus electores para asegurar la reelección.
Sin embargo, no todos piensan igual. Bernardo Arévalo, de Semilla, reconoce que si bien en un principio tuvo la impresión de que Rivera iba a corregir malas prácticas y abusos, con el tiempo siguieron los actos encaminados a ignorar a la oposición.
Hubo momentos en que ni siquiera se nos permitió la palabra en el pleno, puntualizó.
Igual visión sustenta la jefa del bloque Winaq, Sandra Gutiérrez, al calificar la gestión de la Junta Directiva de autoritaria, aunque reconoce que maniobró bien para no verse muy desgastada y fue hábil para negociar con los aliados lo que se dio en llamar «la aplanadora oficialista».
Ahora el papel de Rivera será clave, porque en sus manos está que el Gobierno mantenga el control de uno de los tres poderes del Estado en un año crucial.
¿Continuará sólida la alianza?, es muy posible. Por lo pronto ya algunos, como el partido Valor, se fueron separando poco a poco y hoy está entre las bancadas más críticas a Vamos.
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