“Estos manifestantes son los mayores amantes del Estado de Israel y deben ser tratados como tales. Espero que ordene a la policía que trate a los manifestantes con respeto”, escribió el político.
El papel de la Policía es protegerlos y asegurarse de que no se use fuerza excesiva contra ellos mientras cumplen con su deber cívico, agregó.
La misiva es una respuesta a las ordenes del ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, quien llamó a esa institución a detener a los manifestantes que bloqueen calles o carreteras.
Ante esa situación el extitular de Defensa Moshe Ya’alon acusó a Ben Gvir de intentar reprimir la protesta.
“El pirómano, el delincuente convicto, el ministro del caos nacionalista que está a cargo de la policía, está avivando las llamas para deslegitimar a los manifestantes”, denunció en alusión a las condenas en el pasado del funcionario por disturbios, vandalismo e incitación al racismo.
El presidente del partido de Unidad Nacional y también exministro de Defensa, Benny Gantz, anunció que participará en la marcha.
Decenas de miles de israelíes protestaron en esta capital el pasado fin de semana contra la proyectada reforma judicial que incluye la llamada “cláusula de anulación”, que permitiría al legislativo volver a debatir leyes anuladas por el Tribunal Supremo de Justicia.
Hace unos días Tzvika Fogel, parlamentario del gubernamental partido Likud, llamó a arrestar por traición a Lapid, Gantz, a Ya’alon y al también exmilitar Yair Golan.
Este último, quien además fungió como diputado, instó a la desobediencia civil contra el Ejecutivo, que calificó de malicioso y malvado.
Pero el primer ministro Bejamin Netanyahu, máxima figura del Likud, rechazó el pedido de Fogel, aunque advirtió que esas declaraciones “son un llamado a la sedición”.
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