Actualmente los vehículos incorporan numerosos sistemas anticolisión que permiten frenar automáticamente cuando un objeto se acerca demasiado, algunos funcionan analizando una imagen del espacio que rodea al coche, la cual no es tan clara en condiciones de lluvia o poca iluminación.
También existe la vía de incorporar sensores de radar o LiDAR (detección de luz y alcance), pero son difíciles de miniaturizar y necesitan mucha potencia.
De ahí que el equipo de científicos del centro universitario, liderados por Saptarshi Das, se trazó el objetivo de crear un detector de colisiones eficaz, seguro y menos consumidor de energía que sus predecesores, inspirado en los insectos, citó un artículo en ACS Nano.
Primeramente, los científicos diseñaron un algoritmo basado en los circuitos neuronales que utilizan los insectos para evitar un obstáculo, y en lugar de procesar toda una imagen, sólo hicieron una variable: la intensidad de los faros de un coche.
Sin necesidad de una cámara o un sensor de imagen a bordo, se combinaron las unidades de detección y procesamiento, lo que redujo el tamaño del detector y aumentó su eficiencia energética.
El sensor estaba compuesto por ocho transistores fotosensibles construidos a partir de una capa de disulfuro de molibdeno, organizados en un circuito, además ocupaba solo 40 picometros cuadrados y consumía unos cientos de picojulios de energía, decenas de miles de veces menos que los sistemas actuales.
Demostraron que en escenarios nocturnos reales, este podía detectar un posible accidente entre dos coches dos o tres segundos antes de que se produjera, dejando al conductor tiempo suficiente para tomar medidas correctivas críticas.
En opinión de los expertos este novedoso detector puede contribuir a mejorar y hacer más seguros los sistemas anticolisión existentes.
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