En el encuentro también participará el ministro del Trabajo, Luiz Marinho, y, según el dirigente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) en el estado de Mato Grosso (centro-oeste) Henrique Lopes, la llegada de la administración progresista posibilita la mirada con más respeto a los obreros que estuvieron cuatro años sin subida en la mensualidad mínima.
Afirmó que el diálogo de las centrales con el Gobierno federal en el Palacio del Planalto, sede del Poder Ejecutivo en esta capital, busca negociar el reajuste del salario mínimo, fijado en mil 302 reales (255 dólares).
La idea de la CUT es mejorar el valor en al menos 15 por ciento de corrección, pasando a mil 342 reales (263 dólares).
«Nuestra meta es el cumplimiento de la promesa de campaña (electoral) con la reanudación de la política de corrección del salario mínimo por encima de la inflación», remarcó Lopes.
Durante la audiencia con Lula, los dirigentes sindicales tienen la expectativa de constituir además la denominada mesa nacional de negociación.
Un grupo enfocado en la discusión de temas referentes a la clase trabajadora, entre los cuales figuran la inmediata resolución de las cuestiones de la regulación del trabajo por aplicaciones y la negociación colectiva.
Al menos los primeros dos temas fueron defendidos por Lula durante la campaña electiva y comienzan ahora a ser tratados por su nuevo gobierno. La mesa dispondrá de 90 días para presentar sus conclusiones.
La llamada Política de Valoración del Salario Mínimo defendida por la CUT y las demás centrales sindicales, e instituida en el primer gobierno de Lula, fue destruida por el derrotado mandatario Jair Bolsonaro, denuncian los sindicalistas.
Desde su primer año de mandato, en 2019, el exmilitar nunca reajustó el mínimo por encima de la inflación, recuerda la CUT.
En los gobiernos del Partido de los Trabajadores (Lula (2003-2010) y Dilma Rousseff (2011-2016), el salario mínimo subió 77 por ciento por encima de la inflación. Actualmente, los trabajadores enfrentan pérdidas salariales.
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