La estatal Agencia Brasil indica que el principal punto de la cita es la modernización y compra de equipos para los militares.
Asimismo, Lula adelantó que hablará además con los altos oficiales para despolitizar el ambiente en las Fuerzas Armadas.
«Es necesario que los comandantes asuman la responsabilidad de decir: el soldado, el coronel, el sargento, el teniente, el general, él tiene derecho de voto, él tiene derecho a elegir quien él quiera para votar», señaló esta semana durante una entrevista concedida a la televisora GloboNews.
Ahora, precisó, como ser militar «es un cargo de carrera, él defiende el Estado brasileño, él no es Ejército de Lula, no es de (Jair) Bolsonaro, no fue de (Fernando) Collor, no fue de Fernando Henrique Cardoso, la Suprema Corte no es de Lula».
Refirió que esas instituciones, que dan garantía al país, «no necesitan tener partido y no necesitan tener candidato. Ellos tienen que defender el Estado brasileño y defender la Constitución», subrayó.
También en la entrevista, el exsindicalista manifestó que hubo una falla de los servicios de inteligencia del Gobierno que no alertaron sobre los actos golpistas en Brasilia el 8 de enero.
«Aquí tenemos inteligencia del Ejército, nosotros tenemos inteligencia del GSI (Gabinete de Seguridad Institucional], nosotros tenemos inteligencia de la Marina, nosotros tenemos inteligencia de la Aeronáutica, o sea, la verdad es que ninguna de esas inteligencias sirvió para avisar al presidente de la República que podría haber ocurrido eso», recalcó.
Explicó que «si hubiera sabido, el viernes (6 de enero), que vendrían ocho mil personas aquí, yo no habría salido de Brasilia. No lo habría hecho. Me fui porque estaba todo muy tranquilo, entre otras cosas porque estábamos viviendo todavía la alegría de la posesión», agregó.
Recordó los momentos de tensión con la invasión y depredación del Planalto, de las sedes del Congreso Nacional y del Supremo Tribunal Federal, por parte de grupos extremistas partidarios de Bolsonaro.
Manifestó que tenía la impresión de que hubo el 8 de enero un intento efectivo de golpe de Estado en Brasil y complicidad de miembros de las Fuerzas Armadas en la acción de los vándalos.
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