Y aunque no será hasta el venidero domingo 22 cuando, coincidiendo con el día de la primera luna nueva, comience el Año del Gato, los preparativos para el festejo eminentemente familiar están en marcha desde semanas atrás.
De hecho, a fines de diciembre último llegó al aeropuerto internacional de Noi Bai, en esta capital, el primer vuelo procedente de Japón que trasladó gratuitamente a 196 ciudadanos vietnamitas en situación difícil para que pudieran regresar con los suyos a festejar el advenimiento del Año Nuevo Lunar.
La iniciativa forma parte del programa “Brindar el Tet a casa”, que el diario digital del Partido Comunista de Vietnam calificó como “un soporte espiritual para trabajadores vietnamitas” y el cual incluye 360 vuelos domésticos y 196 internacionales.
De acuerdo con la Autoridad de Aviación Civil de Vietnam, el tráfico aéreo en ocasión del Tet aumentará fuertemente, después de dos años afectado por la pandemia de Covid-19. Se prevé que en días pico la terminal aérea hanoyense opere alrededor 580 vuelos, incluidos 180 internacionales, con 104 mil pasajeros.
Al margen del intenso movimiento aeroportuario y terrestre que acompaña esta vez la llegada del Año Nuevo Lunar, crecen también las actividades culturales relacionadas con la celebración.
Son numerosas las exposiciones de arte abiertas en esta ciudad a propósito del Año del Gato, las cuales tienen como protagonista al que los vietnamitas ubican como el cuarto animal del zodíaco, a diferencia de otros países asiáticos que sitúan en ese puesto al conejo.
El emblemático Templo de la Literatura, por su parte, acoge el Festival de Caligrafía Primavera 2023, que en su regreso a la forma presencial tiene como lema “Respetar a los maestros” y cuyo objetivo fundamental es alentar a los vietnamitas a seguir estudiando y apreciar la enseñanza.
En ese mismo contexto se desarrollan otras actividades como la presentación de artesanías locales, espectáculos de arte tradicional, demostraciones de la cocina local, juegos tradicionales, la danza del león, la plantación del cay neu (árbol de año nuevo), y espectáculos de marionetas de agua.
Activa se encuentra también la Calle de los Libros, donde además de adquirir productos culturales tradicionales, los visitantes pueden intercambiar con escritores y autores famosos, y acercarse al arte de la caligrafía y las coplas del Tet.
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