El producto interno bruto (PIB) del gigante asiático se expandió solo tres ciento, con lo cual quedó por debajo del 5,5 por ciento deseado y evidenció un fuerte descenso en comparación con el 8,1 del año precedente.
Esta es la segunda contracción económica más marcada en China desde 1970. La anterior se registró al comienzo de la pandemia en 2020, con 2,4.
Influyó en la caída que en el último trimestre de 2022 el PIB avanzó apenas 2,9 puntos porcentuales, y además cerraron a la baja indicadores como el comercio exterior y las ventas minoristas de artículos de consumo.
Sin embargo, ya se habla de una mejoría y el Gobierno augura un panorama más positivo para 2023 con el fortalecimiento de la confianza del mercado y la rápida recuperación de todos los actores, gracias el cese de las medidas anti-Covid-19 que laceraron el consumo y la actividad productiva.
Mientras, las previsiones no resultan tan halagüeñas para la segunda potencia del planeta en el tema demográfico, y de hecho existe más inquietud por la proximidad de un gran declive luego que en 2022 aumentaron a 10,4 millones las defuncionesy a 280 millones las personas mayores de 60 años de edad, mientras quesolo nacieron 9,5 millones de bebés, el menor índice en seis décadas.
Las nuevas estadísticas redujeron a mil 411,1 millones la cantidad de habitantes en la parte continental del país y con ello podría dejar de ser en este 2023 el más poblado del planeta si se confirma que la India supera los mil 412 millones de individuos, como estima la ONU.
China lleva años bajo la combinación del decrecimiento en la tasa de natalidad, el acelerado envejecimiento de la población y la persistencia de más hombres que mujeres.
A ello se suman tendencias como el descenso de los matrimonios, aumento de los divorcios y también la negativa de las parejas a tener hijos por el alto costo de la vida y, específicamente, de la educación.
Si bien el Gobierno se esfuerza por revertir la situación, los expertos urgen derribar por completo los límites sobre la cantidad de descendientes permitidos y dar mayor atención a los problemas que desestimulan los embarazos.
También alertan sobre las secuelas del fenómeno para el desarrollo económico de China, pues pronto dejará de contar con los beneficios del dividendo demográfico.
(Tomado de Orbe)