Los agentes acompañados por activistas irrumpieron en la residencia oficial, cortaron llantas de vehículos, rompieron parabrisas y cámaras de vigilancia, y dispararon para intimidar a los transeúntes, mientras la guardia de seguridad del jefe de Gobierno repelió el ataque con gases lacrimógenos.
Poco después llegaron a las inmediaciones del aeropuerto internacional Toussaint Louverture, que esperaba recibir a Henry tras su participación en la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, y destrozaron cristales.
Durante toda la jornada, los policías se manifestaron en esta capital y otras ciudades contra el asesinato sistemático de sus colegas y criticaron al Gobierno por enviarlos a detener el avance de las pandillas sin los medios adecuados.
El detonante de la movilización fue la ejecución la víspera de siete agentes de la comisaría de Liancourt del departamento Artibonite, durante los enfrentamientos con bandas que operan en la zona.
En las imágenes que circularon en redes sociales puede observarse el cuerpo desnudo de seis policías cubiertos por sus armas. Otro falleció en las instalaciones de salud. “No podemos más, eso no es normal, cada policía que matan deja familia. Son personas que los envían a hacer su trabajo sin las herramientas adecuadas, no lo podemos permitir”, dijo a Prensa Latina un oficial bajo condición de anonimato.
Hasta 15 agentes fueron ejecutados en Haití en lo que va de año, mientras el país caribeño sucumbe a la violencia e inseguridad provocada por los grupos criminales que controlan vastas zonas en Puerto Príncipe y sus ciudades limítrofes.
En 2022 la cifra de víctimas mortales en las filas de las fuerzas de seguridad superó los 50, mientras el Gobierno admitió que la Policía no cuenta con los recursos necesarios para hacer frente a las bandas que cada vez ganan más poder.
jha/ane