El Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados condenó en un comunicado las medidas de Tel Aviv contra “los indefensos civiles jerosolimitanos”.
Las decisiones del gabinete ultraderechista de Benjamin Netanyahu son graves violaciones del derecho internacional y un castigo colectivo como parte de la política de ocupación, afirmó.
Al respecto, consideró que esas acciones arbitrarias reflejan una mentalidad colonial racista y arrogante basada en la lógica de la fuerza.
La cancillería advirtió que la actual escalada de violencia provocada por Israel desembocará en una explosión regional.
Ante esa situación, llamó a la comunidad internacional, y en especial a Estados Unidos, pasar de las palabras a los hechos para frenar esas agresiones.
Durante una reunión del gabinete de seguridad, celebrada anoche, Netanyahu anunció que fortalecerá los asentamientos en torno a Jerusalén Este, aunque sin proporcionar más detalles.
Sistemáticamente las autoridades palestinas denuncian la colonización judía de ese territorio y los intentos de Tel Aviv de cambiar su demografía mediante la expulsión de los árabes.
Ese país ocupó la zona oriental de la metrópoli en la guerra de 1967, y desde entonces rechaza entregarla a los palestinos, pese a las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y a los reclamos internacionales.
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